Enrique García
Su éxito frente a la CAF se explica por la combinación de madurez y renova-ción permanente
Del crecimiento que tuvo la CAF en sus 40 años de vida se benefició en gran forma nuestro país; y está bien que lo haya hecho, sobre todo, aprovechando la presencia del boliviano Enrique García Rodríguez en el máximo cargo de la institución integrada ahora por 18 naciones accionistas.
Al principio, constituida con el objetivo de impulsar el desarrollo sostenible y la integración regional andina, la CAF se fue haciendo en el camino, a veces silenciosamente, hasta llegar a ser lo que es hoy, una sólida organización financiera que se ha consolidado como un puente entre la región y el resto del mundo. Pero, al margen de esto, también es una importante fuente de generación de conocimiento.
La trayectoria de Enrique García, sólo en la CAF, impresiona. Desde que asumió la Presidencia Ejecutiva hace 19 años, fue reelecto tres veces consecutivas en un puesto para el que se consideran nombres de personalidades cada cinco años.
Este economista condujo de manera encomiable el crecimiento de la entidad que preside, después de que se comenzara dando pasos modestos por la solitaria iniciativa subregional de cinco países andinos. En la actualidad, la CAF no tiene nada que envidiar a otras instituciones internacionales como el Banco Mundial o el Banco Interamericano de Desarrollo. Sus activos al 30 de junio, por un poco más de 17.000 millones de dólares, y aprobaciones en infraestructura del 2000 al 2008 por 16.656 millones, la confirman como la principal fuente latinoamericana de financiamiento.
Lo dijo él mismo hace poco. Este organismo multilateral «respeta las diferencias ideológicas», y ésta es una gran virtud. En estos tiempos, en los que la región está siendo gobernada por mandatarios de corrientes antagónicas, una visión como ésa merece ser respaldada; en cuanto a Bolivia, se han canalizado recursos en todo tiempo, esté quien esté en el Gobierno.
Sólo el año pasado, la CAF aprobó operaciones a favor de nuestro país por 511 millones de dólares.
Sin dudas que la clave del éxito de la gestión de García se explica por la combinación de madurez y renovación permanente. Pero él no se conforma con lo hecho hasta ahora, y conviene aprender de su experiencia. Entre sus recetas de aplicación inmediata en el país destaca que se necesitarán préstamos multilaterales, acceso al mercado de capital e inversión extranjera; para eso, recomienda solidez financiera, macroeconómica y señales positivas.