El profesor Grover Tapia es un innovador. El Power Point, el Excel y otras herramientas de Microsoft se han convertido en sus manos, y para el aula, en la forma de despertar y atrapar la atención de sus alumnos para enseñarles química.
Los estudiantes a quienes enseña Tapia no son como cualquiera, sino personas de una zona deprimida de Cochabamba, que acuden a aprender luego de trabajar y que, generalmente, están cansados.
En lugar de la pizarra tradicional, el maestro ha adaptado un control de Nintendo Wii, un data display y con la computadora tiene ya una pizarra digital a bajo costo y de alto contenido. Es el Quimiograma, creación que le ha valido una distinción —el tercer lugar entre cientos de proyectos— en el Foro Latinoamericano de Educación Innovadora de Microsoft.
El profesor Tapia irá ahora a competir a Sudáfrica, donde se celebrará, en octubre próximo, el foro mundial en el que se apreciarán esfuerzos como el suyo de incorporación en el aula —en particular en las escuelas públicas y del área rural— de nuevas tecnologías.
Grover Tapia, al igual que María Cruz —maestra de Sacaba, Cochabamba, que explota las posibilidades de la computadora para enseñar a leer a los niños en su idioma nativo, el quechua— son bolivianos que merecen el reconocimiento por su esfuerzo al servicio del país.