Una empresa artesanal que no ha hecho sino crecer, es la de Anatina Toys. La clave son sus juguetes hechos a mano, con materiales ecológicos de excelente acabado, materia prima que se obtiene de los productores nacionales y, sobre todo, con la idea de devolverle al objeto infantil la cualidad de estimular la imaginación.
Anatina Toys es el resultado de una idea de Soboce (Sociedad Boliviana de Cemento) para ayudar a los artesanos nacionales a generar sus propios recursos y, de paso, hacer empresa. O sea, nada de beneficencia, sino negocios de alto nivel, respaldados por el Banco Interamericano de Desarrollo. Poco a poco, luego de una serie de actividades de capacitación, los jugueteros organizados en 18 talleres están listos para alcanzar, este año, la cifra de 60.000 unidades.
Parte de los autos de madera, las muñecas de trapo y una variedad de juguetes estará en tiendas de EEUU, a donde viajan por mar. También hay algunos compradores en Canadá, Alemania, Suiza y Francia que podrían ser más, pues lo que propone la marca Anatina es una alternativa a la parafernalia electrónica y no exenta de violencia que ofrece el mercado del entretenimiento infantil.
Para el 2010, los talleres están dispuestos a llegar a los 180.000 juguetes, la mitad de los cuales se espera exportar. Anatina Toys es un muy buen ejemplo de lo que puede generar una empresa que se alía a las manos creativas de los bolivianos.