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Caminos desastrosos

Una de las consecuencias de las acciones negligentes y quizás hasta corruptas de algunas de las autoridades que  desempeñaron cargos en el país, tiene que ver con los caminos. Puede, en ciertos casos en que se observan serios deterioros, alegarse falta de mantenimiento; pero hay otros, como el de la ruta hacia Sorata, que merecen una investigación y las correspondientes sanciones, sea —reitérese— por negligencia u otras razones. En todo caso, el daño está hecho.

La carretera tiene una larga historia de frustraciones. La Prefectura de La Paz confió las obras, el 2004, a la empresa Concordia, la que debía entregar la vía el 2005. No lo hizo y fue pidiendo ampliaciones, con lo que, aquello que debió costar Bs 36.190.665,37, llegó a demandar Bs 45.238.228.58. A ello se sumó que Concordia no terminó el trabajo y el tramo que dejó hecho el 2008 no duró ni dos años antes de quedar destrozado.
Hoy, los 13,2 kilómetros antes de llegar a Sorata no tienen ni rastro de pavimento, tal la pésima calidad de la obra.

El muro lateral ha cedido también, el punto que une Ilabaya y Sorata, así que los derrumbes dejan sólo una de las dos vías para el tránsito.

La pregunta, entre otras, es: ¿qué fiscalización hizo la entonces Prefectura para dejar que una empresa se burlase así de los sueños de los sorateños?