10/10/10
Una toma real de conciencia en temas de medio ambiente requiere de información
De un tiempo a esta parte, las ideologías políticas se han vuelto transversales al tema del clima y, por lo tanto, determinantes a la hora del pronunciamiento de los activistas de la denominada «ola verde». Esto se patentiza en cada reunión de presidentes que termina rodeada de violentos agitadores, so pretexto de defensa del medio ambiente.
La protesta, aunque la causa merezca dar la vida por ella, encuentra sus límites en el diálogo como herramienta indispensable de la democracia, en el debate con un entendible disenso y en la búsqueda perseverante del acuerdo. Es hasta legítima, se podría pensar, la impotencia de quienes cuestionan el insuficiente esfuerzo que realizan los países más contaminantes, pero ninguna veta del razonamiento humano justifica el agravio a un semejante o la alteración del orden público.
¿Qué más fehaciente que la disminución de las especies animales y vegetales en población y extensión geográfica, o el hecho de que la modificación descontrolada del agua, el nitrógeno, el carbono y el fósforo —éste último, por ejemplo, usado en fertilizantes— haya provocado un desequilibro lacerante para la vida en sociedad?
Las preguntas relacionadas con la actividad o la efectividad de las organizaciones ambientalistas chocan, tarde o temprano, con la realidad de que, para mal de todos, el clima mundial ha cambiado. Y lo grave de esto es que ese cambio, acelerado desde la segunda mitad del siglo pasado, tuvo su origen en la acción irresponsable del hombre.
Las movilizaciones de miles o millones en torno a una misma causa sirven para provocar un impacto mayor, para captar la atención de los medios de comunicación; así, se cumpliría el objetivo de difundir el mensaje de la toma de conciencia de lo que hacemos con el planeta. Si para lograr esto alguien cree necesario apelar a los símbolos, como una fecha o una celebración cualquiera, adelante. Esto, además, se ha vuelto ya una moda.
A tal punto se consideran los símbolos o las representaciones gráficas en algunos países que en la China el 10/10/10, es decir el domingo pasado, se han casado más de 10 mil parejas debido a la creencia de que esos números simbolizan «la perfección de cada cosa».
Más allá de las supersticiones, la verdadera toma de conciencia en la cuestión del medio ambiente no llegará nunca sin la debida información, que hasta el momento, al menos en Bolivia, es escasa o nula.