El paso por Tiquina
Por suerte, el hundimiento de una barcaza en las aguas del lago Titicaca no ha dejado víctimas mortales, como sí pasó en anteriores ocasiones. Pero sí hay dos vehículos que están en el fondo del estrecho de Tiquina, sobre los cuales seguramente nadie responderá a los dueños.
Por suerte, el hundimiento de una barcaza en las aguas del lago Titicaca no ha dejado víctimas mortales, como sí pasó en anteriores ocasiones. Pero sí hay dos vehículos que están en el fondo del estrecho de Tiquina, sobre los cuales seguramente nadie responderá a los dueños.
Resulta inconcebible que para un lugar tan estratégico en el viaje de y hacia Copacabana —uno de los destinos de turismo más importantes de La Paz—, se siga confiando la seguridad de bienes tan costosos como los motorizados (cruzan por el lugar desde autos hasta buses y camiones) a unas barcazas precarias, muy precarias, que por supuesto no ofrecen garantía de reposición alguna en caso de accidentes.
Alguna vez se prohibió que en esas barcazas pasen también los ocupantes del vehículo. Esto, porque hubo gente que murió en tales circunstancias. Al menos en este sentido, al parecer, han cambiado las cosas y se obliga a los pasajeros a tomar las lanchas mientras el vehículo cruza en el pontón.
En el accidente del fin de semana, quienes se hundieron junto a los vehículos fueron los propietarios. Los que no recibieron, como debía ser obligación, los chalecos salvavidas (tampoco se los dan los lancheros a la gente). Si el accidente no fue más grave, hay que agradecérselo a la providencia.