Premio de Novela
El Premio Nacional de Novela, que acaba de fallarse, tiene la ponderable cualidad de la continuidad. Una suma de esfuerzos privados y públicos pone al alcance de los lectores una novela al año que, lo dice un jurado, reúne las condiciones de calidad.
El Premio Nacional de Novela, que acaba de fallarse, tiene la ponderable cualidad de la continuidad. Una suma de esfuerzos privados y públicos pone al alcance de los lectores una novela al año que, lo dice un jurado, reúne las condiciones de calidad. Y facilita, asimismo, la promoción de dicha obra, de tal manera que los lectores la tengan como clara referencia.
Por tales motivos básicos, hay que aplaudir y augurarle larga vida a este galardón que se viene convocando desde 1998, de tal manera que a la fecha hay ya 11 obras premiadas y publicadas, mientras la décimo segunda, Lanochecomounala, escrita por el chuquisaqueño Máximo Pacheco Balanza, está lista para seguir ese mismo camino.
Cabe insistir en la unión de esfuerzos: el Ministerio de Culturas, BBVA Previsión AFP SA, Grupo Santillana, la Cooperación Española, la Red ATB, el matutino La Razón y las embajadas de España e Italia. Es de esta manera que se puede sostener una empresa cultural.
No es que un premio vaya a crear literatura; pero sí puede —como lo prueba este concurso— estimular a quienes escriben a mostrar sus manuscritos y a conseguir la edición y la difusión que suelen ser la parte difícil para un escritor. Resta ahora aguardar, con ansias, por Lanochecomounala, de Pacheco.