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El mercado Camacho

El festejo de las vendedoras del mercado Camacho, para marcar la fecha de posesión de sus puestos en la moderna estructura, tuvo sus matices. Un grupo se ‘armó’ de municiones suficientes como para que nadie olvide el trascendental acontecimiento.

Pero, la guardia municipal tuvo que intervenir. Desalojó a las comerciantes, las que se fueron airadas llevándose su cerveza, whisky y demás bebidas espirituosas. Al retirarse de esta manera, obligadas, se quejaron de que se les interrumpa la fiesta, sobre todo porque ellas no se habían quejado de tener un mercado renovado, «como las del Lanza».

El episodio se sumará, gracias a la crónica periodística, a los muchos que hacen la historia de uno de los mercados tradicionales de La Paz.

El Camacho es una obra mayor, que no sólo da condiciones de dignidad a vendedores y compradores, sino que le ha cambiado el rostro a la avenida homónima, aportándole aire, espacio, belleza. En medio de las peleas políticas, de las rivalidades, se olvida, a veces, el reconocimiento a lo bueno de una gestión que, teniendo a la cabeza a una tienda política —el Movimiento sin Miedo— es de servicio a la ciudadanía.

La Paz tiene motivos para celebrar. El mercado es uno de ellos. Pero bien se hará en evitar todo tipo de embriaguez.