Intolerable xenofobia
El aporte de los bolivianos que migran a Argentina está fuera de toda duda
Todo comenzó cuando cientos de familias tomaron un parque al sur de la ciudad de Buenos Aires, donde durante su campaña electoral el hoy alcalde de Buenos Aires, Mauricio Macri, ofreció terrenos para vivienda. La promesa nunca se materializó y el martes ocurrió una refriega en la que murieron, por disparo de arma de fuego, dos bolivianos, un paraguayo y un joven de 19 años.
Días atrás, una jueza instruyó el desalojo de los cientos de familias asentadas en el parque. En el operativo participaron las policías Federal y Metropolitana. El primer momento al parecer fue exitoso y, hasta donde se sabe, pacífico. Luego, dicen las fuentes policiales, un grupo de los desalojados volvió a tomar el predio y motivó el ataque policial. «Querían una vivienda digna», dijo una de las fuentes del lado de los reprimidos.
Asimismo, las fuentes afirman que la Policía no ahorró violencia durante el desalojo y que son suyas las balas que mataron a los inmigrantes. Por su parte, los uniformados aseguraron que las balas homicidas provinieron de armas caseras de los ocupantes del predio.
En la habitual búsqueda de causas, los medios argentinos descubrieron que el Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires ha incumplido sistemáticamente su obligación de construir viviendas sociales para familias pobres.
El Jefe de Gobierno de la ciudad, prominente líder de derechas y opositor al la presidenta Cristina Fernández, optó por el silencio durante los primeros dos días de la crisis, pero ante la presión mediática decidió aparecer y explicar que el problema no tiene origen en la falta de viviendas sociales, sino en «todo este avance de la inmigración ilegal, donde se oculta el narcotráfico y la delincuencia».
Las reacciones no se dejaron esperar, y la embajadora boliviana en Argentina le exigió retractarse y disculparse por semejante despropósito. Pero lo lamentable es que esas reacciones no sólo fueron de repudio, sino que con semejante acicate se multiplicaron los discursos intolerantes, agresivos y a menudo irracionales en contra de los extranjeros.
Buenos Aires es el principal destino de bolivianos que emigran por razones económicas; el aporte de ellos a la riqueza y grandeza de la capital argentina está fuera de toda duda en ambos países, y sin embargo, la máxima autoridad de la ciudad no tiene el menor empacho en estigmatizar a toda esta población asociándola con la delincuencia y el narcotráfico. Eso sólo habla mal de quienes apoyan a semejante político.