Lo que se espera
Es nuestro deseo que el eslogan del ‘vivir bien’ sea una realidad para los hogares bolivianos
El Estado ahora es Plurinacional y, oficialmente, dentro de una serie de reformas marcadas por el simbolismo, no existe más la Bolivia republicana. La segunda gestión de Morales comenzó con la fuerza de ideas tales como la de descolonizar el país y acabar con las viejas estructuras estatales y, en líneas generales, no enfrentó mayores problemas salvo que, al final del año, se le ha cuestionado que sus políticas macroeconómicas llevan el sello de los gobiernos neoliberales.
El MAS se propuso encaminar el Estado hacia un socialismo comunitario y abrió su propio camino con la constitución de la Asamblea Legislativa Plurinacional, sustituta del antiguo Congreso, entre otras medidas que no estuvieron exentas de una silenciosa conmoción social al ser parte de un cambio de imagen en un país de costumbres arraigadas como Bolivia.
Señales positivas como el gabinete ministerial conformado en un 50% por mujeres o la aprobación de la ley antirracismo han rivalizado con situaciones límites para el Gobierno, como las muertes de Caranavi o el paro cívico de Potosí. Dejamos atrás el año en que las FFAA decidieron alinearse a la administración de Morales; el año del nuevo rostro de la lucha contra el narcotráfico —sin la DEA— que se incrementó en el país; el año del aumento de la tensión entre el Gobierno y la Iglesia Católica; otro año sin mar, sin acuerdos consolidados con Chile; el año de la proyección del litio como pilar de la economía.
Nadie lo esperaba, porque el panorama macroeconómico siempre ha sido un punto alto en la gestión de Morales, pero el 2010 se cerró con disconformidad por el inesperado aumento de los precios de los carburantes; será recordado también por eso el año que se fue.
Hoy se inaugura otro que no es uno más, sino que trae consigo retos que pondrán a prueba la fortaleza del Gobierno. Se debe echar a andar la industrialización de los hidrocarburos, se debe generar empleo y acompañar la fructuosa política asistencialista de los bonos con un mayor aliento a la producción. Tales son algunos de los desafíos del Gobierno, al que se le acortan los tiempos para materializar los proyectos que vino anunciando con el rótulo de socialismo.
Morales abre su sexto año consecutivo en el Palacio y llega la hora de que el proceso de cambio —gradual, necesario— vislumbre acciones más concretas. Es nuestro deseo que el eslogan del ‘vivir bien’ sea una realidad y que este 2011 la felicidad colme los hogares de los bolivianos.