Extinguir las broncas
Muy en sintonía con el análisis de las contradicciones y tensiones del proceso que hiciera el Vicepresidente, el Presidente Evo Morales concluyó su mensaje a la nación del sábado 22 convocando a todos los sectores a terminar con las "broncas" y aliarse en pos del desarrollo nacional. He aquí la gran tarea para sus próximos 4 años.
Muy en sintonía con el análisis de las contradicciones y tensiones del proceso que hiciera el Vicepresidente, el Presidente Evo Morales concluyó su mensaje a la nación del sábado 22 convocando a todos los sectores a terminar con las «broncas» y aliarse en pos del desarrollo nacional. He aquí la gran tarea para sus próximos 4 años.
En poco más de tres horas y media de discurso, el Presidente del Estado Plurinacional detalló, tal vez en exceso, los logros, tropiezos y asuntos pendientes de los últimos cinco años de gobierno; para darle mayor contundencia a sus datos, comparó las cifras con las correspondientes al periodo 2001-2005. Pero también hizo promesas para el futuro inmediato.
Fiel a su estilo, la oposición reaccionó al mensaje presidencial poniendo el acento en la forma y no en el contenido, y previsiblemente mostrando su disgusto por la comparación hecha. Los sectores productivos, por su parte, mostraron más optimismo en sus declaraciones.
El mensaje presidencial abundó en los datos de grandes y pequeños logros de sus cinco años de gestión, y ciertamente omitió algunos yerros que a los opositores les hubiera gustado destacar, pero sobre todo tuvo la intención de mostrar en perspectiva el camino recorrido, pues el desarrollo es fruto de la acumulación a lo largo del tiempo.
Destacaron particularmente dos de los anuncios: el incremento del presupuesto destinado a la inversión pública, y la propuesta de alianza estratégica con los productores del país, particularmente los agropecuarios, incluyendo la promesa de implementar el seguro agrícola que quedó truncado con la derogatoria del DS 748; además, el mandatario manifestó nuevamente su deseo de garantizar la seguridad alimentaria en el país.
A diferencia de anteriores discursos, en este el presidente Morales evitó hacer mayores alusiones a sus opositores y detractores, señal positiva si se mira desde la necesidad de acabar con «las broncas», y que siempre se le ha reclamado al mandatario, pues no hay mejor modo de predicar las virtudes del diálogo democrático que dando el ejemplo.
Por otra parte, el cambio, ayer, de tres de los 20 ministros de su Gabinete y la ratificación de todos los demás, particularmente aquellos que son conflictivos para algunos movimientos sociales, refuerza otra de las líneas del mensaje presidencial, la referida a la necesidad de garantizar una buena gestión, que entre sus requisitos tiene la estabilidad institucional.
El tono general del mensaje de Morales al país ha sido celebratorio y, pese a su extensión, mesurado. Ahora, precisamente para conservar ese optimismo, cabe esperar que el Gobierno dé prioridad a la gestión, que es el único camino para hacer tangibles los logros del proceso, y, sobre todo, sepa extinguir sus propias broncas.