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Carla, una sobreviviente

Tiene sólo 21 años y ya ha sufrido lo que ningún ser humano merece. La persona en la que confió para formar un hogar, la que debía protegerla —a ella y al hijo de ambos— estuvo a punto a matarla. Un milagro la ha recuperado para la vida; pero es muy probable que nunca más sea la misma mujer. La lesión que tiene en la cabeza, que requerirá de una operación seguramente costosa, la tiene con la mitad del cuerpo paralizada.

Carla O. es la víctima de Ariel S., éste se encuentra en la cárcel, tratando de librarse del castigo, objetivo que, da miedo pensarlo, quizás logre. En el mejor de los casos, este hombre, que ha sido capaz de causar tanto daño, pasará unos cuantos años tras las rejas, y luego saldrá como si nada, mientras que Carla, la joven Carla, sufrirá las secuelas de una violencia cobarde e injustificable.

Esta madre ha escapado de la muerte y ha protagonizado un conmovedor encuentro con su bebé de casi cuatro meses, por quien el padre no tuvo consideración alguna las veces que dio rienda suelta a su furia. Se sabe que incluso durante el embarazo golpeó a su esposa.

Carla es hoy un ejemplo para otras mujeres, demasiadas, en riesgo dentro de sus propios hogares. Al despertar del coma profundo en el que estuvo sumida, ella ha dicho: «fui una tonta al callar las agresiones». Nadie debería hacerlo.