Los humedales son ecosistemas que se caracterizan por su alto grado de saturación que permite la retención de agua en los suelos. Son humedales las riberas, lagos, pantanos, charcos y acequias. Por su alta capacidad de absorción y permeabilidad, son propicios para el desarrollo vegetal y la supervivencia de múltiples especies animales. Actúan como esponjas que retienen agua durante las temporadas lluviosas, amortiguando inundaciones y manteniendo reservas líquidas durante las temporadas secas.
Por todo ello y más, no resulta curioso que el 2 de febrero haya sido decretado Día Mundial de los Humedales; y que entidades ambientalistas del país hayan aprovechado aquel día para propiciar un debate sobre su estado y las amenazas que se ciernen sobre ellos. Desafortunadamente, éstas son numerosas y variadas. Es el caso de la bahía de Cohana en el lago que recibe sin tratamiento las aguas servidas de El Alto y Viacha; la contaminación y drenado de aguas superficiales y profundas que realizan los emprendimientos mineros, o las carreteras y demás actividades que se efectúan sin el debido cuidado ambiental. Valga esta conmemoración como alarma para empezar a valorar el capital natural de nuestros bosques y humedales, y para dejar de manejar el tema ambiental como si fuese un escollo para el desarrollo.