Partidos amañados
El escándalo está servido y sólo el resultado de las investigaciones que lleva adelante la FIFA debería acallarlo. Ocurre que hay sospechas de que encuentros de fútbol internacionales, algunos de los cuales jugó la selección boliviana, se armaron para favorecer apuestas.
El escándalo está servido y sólo el resultado de las investigaciones que lleva adelante la FIFA debería acallarlo. Ocurre que hay sospechas de que encuentros de fútbol internacionales, algunos de los cuales jugó la selección boliviana, se armaron para favorecer apuestas. Tan terrible sería el caso, que de antemano se sabía quién iba a perder (o a ganar), y que los árbitros tenían la misión de garantizar, a como dé lugar, no importa lo burdo de los recursos, el resultado final.
La Federación Boliviana de Fútbol está en medio de este caso y debe aclarar cómo y bajo qué condiciones firmó un contrato con la empresa internacional Footy Image Int, que parece estar detrás de todo. Fue bajo este acuerdo que la selección nacional jugó en Turquía un partido de lo más extraño, con penales por doquier, y en el que perdió frente a Letonia.
Una denuncia de Estonia, que también estuvo en el grupo junto a Bulgaria, ha levantado la polvareda. Y ha hecho recordar otras situaciones que bajo esa luz parecen totalmente anormales, como el partido que Bolivia jugó frente a Paraguay el 22 de noviembre del año pasado, y en el que un árbitro de Burkina Faso, enviado por la misma Footy Image Int, sorprendió anulando todos los goles que pudo convertir el equipo paraguayo. Que algo huele mal, es evidente. Ojalá no en la FBF.