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Profesionalizar a los bomberos

El cuerpo de bomberos, en cualquier ciudad del mundo, suele estar compuesto por mujeres y hombres valientes, desinteresados y profundamente comprometidos con su sociedad. La satisfacción de servir a los demás constituye su principal retribución. Por eso, la calidad y el desempeño de su labor sobresalen y alcanzan reconocimiento en todas partes; y es que todo aquel que siente pasión por su trabajo siempre lo hace bien.

Por ello, el Estado y la sociedad deberían mínimamente garantizar el equipo adecuado y un entrenamiento intensivo para el cuerpo de bomberos y así facilitar su respuesta ante las emergencias y reducir los riesgos de su trabajo. Tarea pendiente en Bolivia, el único país de América Latina que no cuenta con una institución especializada en la formación de bomberos ni con los implementos básicos para servir eficientemente a la sociedad. Para muestra, basta un botón: en La Paz y El Alto, las líneas de esta unidad no cuentan con un servicio de identificación de llamadas, lo que disminuye su capacidad de respuesta, pues reciben entre 10 y 15 llamadas falsas diariamente. Comportamiento reprochable de unos cuantos, capaz de poner en riesgo la vida de aquellos que podrían realmente necesitar la ayuda de los bomberos, pero también de la sociedad y el Estado que descuidan esta encomiable labor.