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EPSAS, en la palestra

En tiempos de crisis se conoce mejor a las personas, pues durante esos momentos no existen ni las ganas ni el tiempo para aparentar. Lo mismo puede decirse de las instituciones; se sabe mejor de qué están hechas en medio de las dificultades. En este sentido, la Empresa Pública Social de Agua y Saneamiento (EPSAS) está siendo puesta a prueba como institución por los momentos críticos que se viven en La Paz. Por diferentes medios, muchas personas ya han reprobado su desempeño. Otros, los menos, consideran que la empresa viene realizando su mejor esfuerzo.

La crisis efectivamente ha revelado las profundas debilidades de EPSAS. No sólo el manejo de la información ha sido deficiente, por ejemplo, al prometer un suministro de agua temporal en las áreas afectadas que todavía no puede ser cumplido, o el sistemático desorden en los horarios de distribución del líquido en cisternas, sino que además, y aquí lo más grave, el deslizamiento ha puesto en evidencia la inexistencia de estrategias de contingencia. A pesar de los periódicos desastres, EPSAS aún no cuenta con ductos o fuentes de provisión alternos; esto significa que reaccionan ante el desastre en vez de tomar previsiones contra posibles eventualidades. Sin embargo, en este aspecto, no cabe duda de que la empresa de agua viene realizando un esfuerzo digno de reconocimiento.