Elemento vital
Es tiempo de motivar un cambio de actitud con respecto al cuidado del agua
La celebración del Día Mundial del Agua tuvo como eje para este año el tema «Agua para las ciudades: respondiendo al desafío urbano», con el propósito de centrar la atención sobre el impacto del rápido crecimiento de la población urbana, la industrialización y la incertidumbre causada por el cambio climático, los conflictos y los desastres naturales sobre los sistemas de abastecimiento de agua.
Es que, en efecto, prácticamente en todo el orbe las personas están migrando de las áreas rurales a las urbanas; las causas son múltiples, pero una de las principales es la creciente dificultad para acceder a sistemas de riego, que suelen ser eficientes para las grandes empresas agropecuarias, pero escasos para los campesinos y pequeños agricultores. Entre las consecuencias más importantes del fenómeno migratorio están, por una parte, menor producción de alimentos y, por otra, una creciente demanda de servicios de agua y saneamiento en las ciudades.
Es ésta la razón por la que el Presidente del Estado encabeza una iniciativa para la construcción de sistemas de riego y potabilización del agua en todos los municipios del país, que sólo este año contarán con $us 100 millones para financiar los proyectos que propongan las autoridades locales. Al respecto, ha dicho el Mandatario que «si hay agua en el campo, las ciudades contarán con la suficiente cantidad de alimentos que garantizarán la sobrevivencia de la población».
Pero no sólo en materia de riego y saneamiento Bolivia está dando el ejemplo al resto del mundo. Ya lo hizo antes al reconocer el acceso al agua como derecho fundamentalísimo en su Constitución, y luego al proponer e impulsar en el seno de la ONU la declaración de éste como derecho humano universal.
Considerando que, como ya se ha dicho, la vida en el planeta depende del agua, que a diferencia de casi todos los elementos necesarios para la sobrevivencia humana no se produce, sino que se capta de sus fuentes naturales, resulta urgente no sólo promover la reflexión, sino ante todo motivar un cambio de actitud respecto del cuidado del líquido elemento.
La expectativa por el Día del Mar, sumada a una agenda noticiosa dominada por los desastres naturales y sus efectos, ha provocado que este año en Bolivia el tema pase casi desapercibido. Sin embargo, por su importancia para el futuro de la humanidad, es tiempo de poner el tema, de manera permanente, en el centro de la atención pública.