Que el Gobierno Municipal de El Alto tiene severos problemas de gestión no es novedad, y el problema no es atribuible a la actual administración, que más bien ha hecho públicas sus estrecheces, sino a las anteriores gestiones, que dejaron inmensas deudas, además de un gran desorden institucional.
Así, se tiene que la Programación Operativa Anual (POA) del gobierno municipal alteño para este 2011 contempla gastos por más del doble de los ingresos programados para la gestión, lo que significa que hasta fin de año se ejecutarán menos de la mitad de las obras previstas.
Las autoridades ediles han explicado que en ese contexto lo primero que será recortado es la continuidad de las obras iniciadas, o por lo menos programadas, en anteriores años, lo que a su vez, previsiblemente, desencadenará malestar y protestas entre los vecinos de la urbe alteña.
Hay, pues, una enorme tarea para el municipio de El Alto, que debe implementar mecanismos de generación de ingresos propios, incluyendo el pago de impuestos, que es en sí mismo una fuente de conflictos, pues la gente sabe pedir obras, pero no pagar los tributos que permiten financiarlas.