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Una isla sin norte turístico

La Isla del Sol es uno de los lugares más hermosos de Bolivia. Allí confluyen ruinas incaicas y tradiciones andinas con un paisaje espectacular. Las cristalinas aguas y el aire místico del lago se suman a estas características que cada año atraen a cientos de turistas.

Sin embargo, la falta de planificación y de coordinación entre los pobladores y autoridades locales les impide obtener un mayor provecho de este flujo turístico. Prueba de ello son los tres pagos que se deben cancelar para recorrer toda la Isla. El primero (Bs 5) se lo realiza en Yumani al arribar a la zona sur; luego son necesarios 15 bolivianos adicionales para llegar hasta la población de Challapampa, al norte, donde se encuentran el Museo de Oro de la Ciudad Sumergida y las ruinas incas de Chinkana; y otros Bs 10 para ingresar a estos lugares.

El pago conjunto de estos tres importes (que sumados no alcanzan ni el equivalente de $us 5) no sólo evitaría una sensación de usufructo continuo entre los turistas, sino que los obligaría a visitar todos los atractivos turísticos; pero no se lo realiza por pugnas internas entre las comunidades. Actitud que se refleja asimismo en la falta de una infraestructura comunitaria de calidad que podría albergar y «aprovechar» por más tiempo a los turistas.