Icono del sitio La Razón

Entierro simbólico

Sin embargo, no se trata de cualquier símbolo, sino de aquel que señala, en los hechos, el marco normativo para una serie de radicales transformaciones en la economía nacional iniciadas el 2006 con la recuperación de la industria hidrocarburífera para el Estado, y que tiene hacia adelante tareas muy específicas en materia legislativa.

En efecto, el Gobierno, en el artículo primero del DS 861, «determina la eliminación completa de toda disposición o consideración legal fundamentada en el Decreto Supremo 21060 del 29 de agosto de 1985», y complementa la disposición señalando en el artículo 2 que «una comisión de alto nivel entre el Órgano Ejecutivo y la COB, más otras organizaciones representativas de la sociedad civil, según corresponda el área temática a tratarse», revisará las leyes aún vigentes que respondan «a los conceptos y el espíritu» de la norma firmada por Víctor Paz Estenssoro y su gabinete para «proponer las modificaciones, derogaciones, abrogaciones y redacciones que se requieran para enmarcarles en los preceptos constitucionales».

Así, bien mirado, el DS promulgado el 1 de mayo, no es más que una lista de tareas precedida por un tal vez excesivo preámbulo. Pero, hay que reiterarlo, no se trata de cualquier tipo de tareas, sino de aquellas que debían ser ejecutadas desde el momento mismo en que se aprobó y promulgó la nueva Constitución Política del Estado en febrero del 2009. Asimismo, y esto también hay que destacarlo, ante las numerosas críticas de propios y extraños que señalaron que el Gobierno había dejado de consultar sus medidas con «el pueblo» para concentrar la toma de decisiones en «unos pocos», el decreto del 1 de mayo instruye claramente consultar con la sociedad civil los pasos que deben darse en lo sucesivo.

Finalmente, cabe señalar, en respuesta a las versiones que sostienen que el mentado DS 21060 no puede ser ‘enterrado’ pues las leyes del mercado continúan vigentes, que no se trata de erradicar los mecanismos que regulan la relación entre oferta y demanda, sino de asegurar que ésta deje de beneficiar a unos pocos en desmedro de la mayoría, pues, como bien han señalado algunos expertos, la verdadera transformación del modelo económico consiste en impedir que el excedente siga beneficiando al capital transnacional.

Estamos, pues, ante un gesto simbólico, pero de profundas implicaciones para la economía nacional. Corresponde ahora que gobierno y sociedad civil demuestren estar a la altura de las circunstancias.