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Otra fatal negligencia

De nueva cuenta, familias bolivianas viven tiempos de luto y dolor por causa de la negligencia militar. El 25 de abril, cuatro jóvenes soldados perdieron la vida al intentar atravesar el río Abuná (Pando) rumbo a Brasil. Por órdenes superiores, los marineros abordaron una embarcación civil que no contaba con las medidas mínimas de seguridad, en busca de provisiones y enseres en la frontera. Al poco tiempo, la filtración de agua en la barcaza obligó su abandono, y los conscriptos (cuatro de siete) que no contaban con chalecos salvavidas fueron arrastrados por la corriente del Abuná, uno de los afluentes más caudalosos del río Madera, lo que provocó su muerte. 

Según el sumario preliminar, además de la total falta de previsión existente en el destacamento, que no cuenta ni siquiera con chalecos salvavidas, un sargento y un alférez no permitieron que un instructor acompañe a la comitiva. Estos hechos ponen otra vez en evidencia la negligencia que persiste en diferentes ámbitos castrenses, incapaces de entender que las Fuerzas Armadas no sólo están obligadas a respetar los derechos humanos y brindar una instrucción de calidad, sino también y sobre todo garantizar la seguridad de los conscriptos, cuya vida representa el mayor tesoro para sus padres y familiares.