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Bloqueo y contaminación

La explotación irresponsable de minerales deteriora el medio ambiente en todas sus etapas, y es que la liberación de sustancias tóxicas y metales pesados hacia caudales y arroyos próximos a las zonas de operación menoscaba la biodiversidad acuática y la vida de los ecosistemas terrestres. Por efecto de los vientos y de las lluvias, las toxinas pueden asimismo llegar a otras zonas del entorno, afectando la fertilidad de los suelos, pastizales y cultivos; así como también la salud de las poblaciones aledañas en el largo plazo, ya que la constante exposición de la piel y el consumo de agua y de alimentos contaminados da lugar a malformaciones congénitas, disfunciones renales, hepáticas e inmunológicas.

Con estos antecedentes, no resulta sorprendente la reacción de los pobladores aymaras de Puno que se oponen a la instalación de la empresa canadiense Bear Creek para extraer plata, en tanto les preocupa que se contamine el lago Titicaca y otras fuentes de agua. No obstante, con el bloqueo de la principal ruta entre Bolivia y Perú, más que adeptos se están granjeando enemigos. En efecto, su pedido de respetar y poder preservar el hábitat que les permite subsistir es completamente válido; sin embargo, la forma que han elegido para hacerse escuchar les puede restar validez y legitimidad.