Tragedia ambiental
Además del desastre ambiental, se tiene un drama social de magnitud mayor
Es tan grave la situación que el miércoles finalmente el Órgano Ejecutivo declaró mediante un decreto supremo zona de «desastre nacional y emergencia» al departamento de Tarija, que sufre las transformaciones ecológicas de la cuenca del río Pilcomayo.
El decreto establece que «La Gobernación de Tarija y los municipios afectados pueden utilizar los recursos necesarios para enfrentar el desastre porque se trata de una emergencia departamental»; esos recursos serán utilizados en el dragado del río y para asumir acciones de socorro a por lo menos 200 familias de los pueblos indígenas weenhayek, tapiete y guaraní, cuyo único sustento de sobrevivencia es la pesca.
En efecto, un reportaje publicado el lunes en este diario muestra cómo la pesca se ha reducido en más del 90% entre el pasado año y éste, lo que significa, literalmente, que miles de familias han perdido su única fuente de ingresos. Si se añade el hecho de que los afectados son miembros de familias indígenas pertenecientes a 200 comunidades, cuya actividad principal en los meses de invierno es la pesca, se tiene, además del desastre ambiental, un drama social de magnitud mayor, que afecta a toda la región del Chaco y no sólo al lado boliviano.
La principal causa de la escasez de peces está en una pronunciada sedimentación en el lado argentino que actúa como dique e impide a los peces remontar la corriente y llegar hasta el lado boliviano. A esta situación deben añadirse los ya mencionados problemas de contaminación por la actividad minera y el efecto que la merma del caudal de agua tendrá en toda la cuenca.
Las autoridades bolivianas han explicado, además, que el desastre ambiental se debe a tres razones: las actividades productivas y agrícolas que desarrollan Argentina y Paraguay en esa región, el elevado porcentaje de sedimento acumulado en la cuenca, y factores vinculados al cambio climático.
Por lo pronto, está anunciada una reunión de la autoridad trinacional (Paraguay, Argentina y Bolivia) del río, que se realizará el 13 de junio en Paraguay en la que se verá el tema del dragado del río Pilcomayo a fondo, con el fin de que el problema no vuelva a ocurrir.
Estamos, pues, ante una situación extrema, que requiere soluciones radicales, de lo contrario el Chaco estará condenado a convertirse en un desierto y su población, a sufrir mayores penurias. Queda por ver si es posible idearlas y, sobre todo, adoptarlas.