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World Press Photo

En un mundo tiranizado por el transcurso del tiempo y la certeza de la muerte, la fotografía, junto con el cine y la literatura, constituye una de las pocas creaciones humanas con la virtud de atrapar una realidad condenada al olvido. No obstante, mientras en la literatura o el cine esa realidad puede ser captada de manera más amplia y con mayor libertad, gracias a la implementación sucesiva de elementos parciales, que se van atesorando en la mente de los lectores o espectadores; una fotografía sólo puede captar un fragmento de la realidad, la culminación de un momento, determinado por el campo de proyección de los lentes y la forma en que el fotógrafo emplea estéticamente esa restricción.

Pero es en esta dialéctica, en esta lucha del fotógrafo por trascender el campo que abarcan los lentes donde justamente se encuentra lo mejor de la fotografía, generadora más que de imágenes de obras artísticas susceptibles de capar las alegrías y tristezas de la vida, los encantos y desencantos del mundo, incluso nuestras más profundas nostalgias y anhelos. Magia que los paceños y paceñas podrán apreciar en la exposición de las obras premiadas por la Word Press Photo, y que serán exhibidas en el Centro Cultural de San Francisco hasta el 17 de julio.