Taxis de la terminal
La experiencia y la teoría dan cuenta de que los monopolios y oligopolios (un reducido número de empresas que concentran la oferta de un sector industrial o comercial) siempre van en desmedro de los consumidores, pues, al tener la exclusividad de un mercado, se dan el lujo de imponer tarifas por bienes y servicios cuya calidad suele ser deficiente.
La experiencia y la teoría dan cuenta de que los monopolios y oligopolios (un reducido número de empresas que concentran la oferta de un sector industrial o comercial) siempre van en desmedro de los consumidores, pues, al tener la exclusividad de un mercado, se dan el lujo de imponer tarifas por bienes y servicios cuya calidad suele ser deficiente.
Y esto es justamente lo que está ocurriendo con el servicio de taxis de la Terminal de buses de La Paz. Ya son varios los viajeros que han denunciado el aumento injustificado de las tarifas establecidas por parte de los miembros de este sindicato (los únicos que pueden ingresar hasta la plataforma de la terminal) y su recurrente negativa de realizar carreras a zonas alejadas; arbitrariedades comprobadas por este diario.
La seguridad que deviene de un servicio conocido constituye la única justificación para este tipo de privilegios; ventaja que, sin embargo, queda sin efecto por esta discriminación que obliga a ciertos pasajeros a buscar, en horas de la madrugada, otro transporte público fuera de la terminal. A raíz de estas denuncias, se anunciaron reuniones con los representantes de este sector para buscar soluciones. Sin embargo, de continuar este monopolio, es de suponer que estas malas prácticas persistirán, pues la lógica del mercado es la que finalmente prima.