Guardianes de la poospiza
Orgullo, sentido, alegría, amor hacia la naturaleza, oportunidades laborales; en suma, una mejor calidad de vida fue lo que significó para dos comunidades cochabambinas aprender a valorar a la poospiza; una pequeña ave que se encuentra en peligro de extinción, como consecuencia de la destrucción de su hábitat por la apertura de caminos y la acelerada deforestación.
Orgullo, sentido, alegría, amor hacia la naturaleza, oportunidades laborales; en suma, una mejor calidad de vida fue lo que significó para dos comunidades cochabambinas aprender a valorar a la poospiza; una pequeña ave que se encuentra en peligro de extinción, como consecuencia de la destrucción de su hábitat por la apertura de caminos y la acelerada deforestación. A pesar de todo, este pequeño ejemplar se resiste a desaparecer y, lo mejor de todo, ya son varias las personas que han decidido unirse a su lucha.
La última edición de Escape rescata este maravilloso y fructífero viaje, que empezó hace seis años, cuando la ornitóloga Noemí Huanca se propuso preservar a esta hermosa criatura que sólo vive en Bolivia; y cuya familia no sobrepasa los 4000 ejemplares. Como todo gran emprendimiento, los primeros pasos fueron los más difíciles; al principio, en la mirada de los comunarios el sueño de esta mujer parecía una locura; pero gradualmente no sólo entendieron su pasión, sino que empezaron a compartirla, y ahora la viven con mucha entrega y alegría. Hoy, los comunarios de Palcapampa y Ch’aquí Potrero se sienten orgullosos y felices de compartir su tierra con esta ave única en el mundo, y cuyo cuidado ha llenado de sentido sus hogares, al extremo de cambiar costumbres ancestrales para preservarla.