Manejo de la basura
La capacidad del lago para asimilar la contaminación que viene de El Alto ha colapsado
Al menos dos aspectos de importancia se desprenden de este acontecimiento, que ha puesto en vilo a la población paceña; primero, el tema de los derechos y deberes y su relación con la estructura autonómica del Estado; segundo, la participación gubernamental y de la población en su conjunto para un manejo adecuado de la basura. Por la extensión de estos aspectos, conviene dividir su reflexión en dos entregas.
En orden inverso. Por su cantidad creciente y nocivas repercusiones, urge desarrollar una cultura sostenible sobre el manejo de basura, actualmente ausente en nuestra sociedad. El dilema es que la cantidad de desperdicios crece cada día, pero no el espacio necesario para depositarla; además, estas crecientes cantidades de basura dañan nuestro ambiente y amenazan el bienestar de las futuras generaciones. En este sentido, la existencia de una política estatal sobre residuos resulta no sólo deseable sino fundamental.
Empero, en el país esta política se desarrolla de manera deficiente. Verbigracia, La Paz es el único municipio que cuenta con un relleno sanitario; en el resto, la basura se deposita en botaderos municipales, que constituyen un foco de infección y un problema creciente para el futuro. Por ello, la construcción de este tipo de sistemas, con los controles de la contaminación necesarios para garantizar la ausencia de riesgos para la salud y el medio ambiente, debiera ser una prioridad estatal, coordinada entre los diferentes niveles de gobierno.
El manejo de las aguas residuales e industriales es otra de las tareas pendientes en todos los municipios del país. Por ejemplo, las bahías de Cohana-Cumana, en el lago menor del Titicaca, enfrentan una severa contaminación por este tipo de residuos provenientes de la ciudad de El Alto (que a pesar de tener más de un millón de habitantes cuenta con una sola planta obsoleta de depuración) y de los otros centros poblados aledaños (Viacha, Laja y Pucarani).
La capacidad del lago para asimilar dicha contaminación ha colapsado hace mucho tiempo. Como resultado, el grado de descomposición es extremo, imposibilitando la vida acuática y subacuática en aquella parte. Hasta ahora, los proyectos para subsanar estas deficiencias siguen en papeles. Consecuentemente, se prevé el incremento de la contaminación y su expansión hacia otras zonas del lago menor como Puerto Pérez y la zona de las islas.
Éstos y otros riesgos obligan a adoptar con urgencia una nueva actitud frente a los residuos domésticos e industriales.