Día de las personas
Hoy las personas no tendrán que disputar el espacio ni el aire con las máquinas
En efecto, mediante la Ley 150, promulgada el 11 de julio del 2011, se ha declarado el primer domingo de septiembre como Día del Peatón y del Ciclista en defensa de la Madre Tierra, con el fin de «lograr conciencia sobre la protección del Medio Ambiente y por consiguiente la protección de la salud humana».
Se trata de una jornada dedicada a la reflexión sobre el daño que los motores a combustión causan al medio ambiente, y de lo poco saludables que son para la vida humana. Los gobiernos nacional, departamentales y locales están llamados hoy no sólo a tomar las previsiones para garantizar que la restricción sea cumplida, sino sobre todo a generar actividades públicas que involucren a las personas en el debate sobre la contaminación y los modos de disminuirla.
La Policía se ha sumado prontamente a la convocatoria, y al menos en La Paz su comandante departamental anunció que las unidades policiales se acuartelarán para realizar el patrullaje el domingo y que los vehículos de los infractores serán retenidos y derivados al Organismo Operativo de Tránsito hasta la hora en que finalice la prohibición de circular. En ciudades como El Alto y Tarija la norma será parcialmente cumplida, pues ya se ha anunciado que la restricción durará cuatro y cinco horas, respectivamente, y en Santa Cruz, la Gobernación anunció que los coches no podrán circular únicamente dentro del perímetro del segundo anillo.
Previsiblemente, el gremio de los transportistas ha sido el menos conforme con la celebración del Día del Peatón y del Ciclista; sólo en La Paz se estima que más de 30.000 automóviles dedicados al transporte de personas dejarán de prestar servicio. Pero no sólo los choferes pusieron reparos, también lo hicieron los operadores de turismo, las vendedoras de los mercados, los dueños de restaurantes y los gremiales, que afirman que la restricción vehicular afectará sus negocios.
Pero al margen de la eventual merma en los ingresos de estos sectores, el beneficio para el conjunto de la población será fácilmente perceptible en las avenidas, calles y plazas, donde se podrá ver gente apropiándose del espacio urbano, como sólo se puede ver en días de paro o de elecciones.
Así, es previsible que la evaluación al final de la jornada dé un saldo positivo, y en el extremo deseable más gente comenzará a reconocer que, en realidad, es posible prescindir de vez en cuando de los automóviles y el ritmo frenético que imponen.