Nuevos maestros
Se necesita de un recambio generacional para mejorar la calidad educativa
En efecto, según datos tanto del Ministerio de Educación como de la Confederación del magisterio, al menos 10.000 maestros tienen 60 o más años de edad y por tanto están habilitados para acceder a la jubilación. Paralelamente, al menos 12.000 jóvenes graduados de los institutos normales superiores del país esperan su oportunidad para ingresar al escalafón y hacer carrera docente.
Sin embargo, la iniciativa, que se enmarca en el Reglamento del Escalafón, donde se señala que la edad de jubilarse se alcanza al cumplir las seis décadas de edad, mereció el repudio de la Federación de Maestros Urbanos de La Paz, pues según su ejecutivo, los maestros de más de 60 años «no pueden jubilarse porque percibirían rentas bajas», y es que, al parecer, las cotizaciones de algunos profesores aseguran rentas de entre Bs 700 y 1.000 al mes, muy por debajo de lo que reciben al permanecer activos.
Irónicamente, ha sido el magisterio, a través de la dirigencia que hoy se opone a jubilar a los mayores de 60 años, uno de los sectores que más impulsó la reducción de la edad mínima de jubilación a 58 años de edad pues suponía un beneficio para el grueso de los docentes en edad de jubilarse. Autoridades del Ministerio de Educación señalaron que en su demanda los maestros no consideraron el asunto de los aportes y su posterior cotización en el sistema de reparto.
Sin embargo, si no fueran suficientes los argumentos en favor de permitir que quienes ya han cumplido su ciclo laboral en la educación pública den paso a quienes recién lo inician, disminuyendo la presión que existe para ubicar a esta creciente población en el sistema educativo, hay también razones de carácter técnico.
Investigadores y otros profesionales de la educación coinciden en reconocer que algunos de los problemas identificados en maestros en edad de jubilarse y que se resisten a dar el paso o dudan de hacerlo son cansancio, apatía, falta de interés en capacitarse, además del desconocimiento de nuevas metodologías de enseñanza y tecnologías de información y comunicación. El ejecutivo de la Confederación nacional de maestros reconoce que es antipedagógico que una persona de más de 65 años siga dando clases.
No se trata de echar a la calle a estos maestros que han dedicado su vida a la formación de niñas y niños, pues sería como desconocer el mérito que tienen, sino de permitir que haya un recambio generacional. Esta debiera ser la principal vía para mejorar la calidad educativa del país.