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Más que velocidad

Días atrás, la Unión Internacional de las Telecomunicaciones (UIT), la agencia de la ONU para esa materia, publicó un informe en el que establece que la ‘brecha digital’ se caracteriza cada vez menos por el acceso o no a la tecnología y sí por la diferencia en el ancho de banda, es decir, la velocidad de transferencia de datos en las conexiones de internet.

En efecto, en el reporte titulado Banda ancha: ¿la nueva división digital?, se lee que: «Justo cuando estábamos teniendo éxito en reducir la división digital original estamos viendo aparecer una nueva brecha, quizá más significativa: entre aquellos que disfrutan acceso rápido a un mundo en línea crecientemente rico en contenidos multimedia y aquellos que sufren con lentas conexiones vía telefónica». Bolivia, se sabe, está entre los países con conexiones no solo menos veloces, sino con los costos de acceso a internet más caros del mundo. No se trata, pues, de tener o no equipos de computación, tampoco de acceder o no a la internet (y en esto hay un déficit, pues sigue siendo minoría la población que lo hace), sino de hacerlo en las mejores condiciones posibles, en un mundo en el que la tecnología se desarrolla de manera vertiginosa. El Estado, propietario de la más importante empresa de telecomunicaciones del país, tiene mucho que hacer al respecto.