Icono del sitio La Razón

Día Internacional de la Pachamama

El 22 de abril, por tercer año, se celebró el Día Internacional de la Pachamama o Madre Tierra, proclamado en 2009 por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), para recordarnos que nosotros, los seres humanos, somos una ínfima parte de ella, y nuestra obligación es respetarla y preservarla, generando una relación armoniosa con el planeta.

Hay que recordar que la resolución presentada en 2009 por el presidente de Bolivia, Evo Morales, fue aclamada y aprobada por los 192 países que forman parte de la Asamblea General de la ONU, con el objetivo de que los Estados celebren anualmente esta fecha para llamar la atención sobre los retos difíciles que enfrenta el planeta Tierra en estos tiempos. Ésta es de las pocas victorias diplomáticas en el mundo de la que podemos orgullecernos.

¿De dónde proviene este pensamiento de la relación equilibrada y armoniosa entre el ser humano y la naturaleza? De los pueblos indígenas del mundo, pero también de los pueblos afros. La ONU lo único que hizo es reconocer ese pensamiento, esa forma de convivir de los pueblos ancestrales con la Madre Tierra, y precisamente la resolución señala que “para alcanzar un justo equilibrio entre las necesidades económicas, sociales y ambientales de las generaciones presentes y futuras es necesario promover la armonía con la naturaleza y la Tierra”. Asimismo, considera que “la Tierra y sus ecosistemas son nuestro hogar” y que la expresión de Madre Tierra demuestra “la interdependencia existente entre los seres humanos, las demás especies vivas y el planeta que todos habitamos”.

Por todo eso, el documento adoptado por el máximo foro de la ONU llamó a los Estados, organizaciones de todo tipo, sociedad civil y al sistema de la ONU a promover la efemérides anualmente. Es nuestro modesto aporte al mundo. Pero qué lejos estamos de ese discurso internacional extraordinario, cuando en casa estamos empeñados a hacer lo contario de lo que pregonamos a nivel mundial.

Importa preguntarnos, ¿cuál es la práctica del Estado Plurinacional, después de haber promovido esta filosofía ancestral de vida al mundo? Está claro que los pueblos indígenas, mediante sus distintas formas de organización social, tienen como práctica cotidiana este pensamiento; pero el Estado Plurinacional, en temas como el tratamiento del TIPNIS y su consiguiente pedido de los pueblos amazónicos de buscar otras alternativas para la construcción de la carretera y no dañar el parque, son cuestionados. El encaprichamiento de los gobernantes nos lleva a la conclusión de que están cayendo en la mera retórica de considerarse defensores de la Madre Tierra; pero en la práctica se tiene el espíritu capitalista de los típicos gobernantes del Estado nacional colonial, que siempre apostaron por el desarrollo destructor.

Qué contradicción del presidente Evo Morales y su equipo gubernamental, que hace tres años supo sensibilizar a la comunidad internacional de considerar la situación difícil de la madre naturaleza; pero su pensamiento y acciones en nuestros días quieren aniquilar los recursos milenarios de la Amazonía boliviana del TIPNIS con la construcción de una carretera. ¿Cómo se llama este modelo de desarrollo? Es seguir apostando al desarrollo sin límites de los países capitalistas y socialistas.