Tierra con ley
Hoy en día, quienes sentimos el afán de cuidar la Tierra somos etiquetados de colonialistas

Al iniciar esta columna tenía la tentación de titularla “Tierra sin ley”, pero si hay algo que caracteriza a los 1.098.581 km² de superficie de tierra que pertenecen al Estado Plurinacional de Bolivia es que es el único espacio en el planeta que cuenta con una ley dedicada exclusivamente a ella. A esta característica se suma que nuestra Madre Tierra (Pachamama) ha cobrado importancia internacional desde 2009, cuando la Asamblea de las Naciones Unidas declaró que cada 22 de abril se conmemorare el Año Internacional de la Madre Tierra.
Si nuestra Madre Tierra tuviera que hablar sobre su situación jurídica, seguro estaría “caliente” por la actitud de los gobernantes en el mundo, que lo único que logran con sus decisiones es calentarla cada día más. El último reporte del Instituto Federal Suizo de Tecnología nos alerta que los días muy calurosos, que antes ocurrían una vez cada 20 años, se convertirán en un fenómeno frecuente: una vez cada dos años. De la misma manera, esa lluvia “intensa” que ocurría cada 20 años sucederá cada cinco. Estos dos ejemplos son una muestra de lo que los intereses económicos de las grandes naciones le regalarán al planeta en el futuro: sequías, inundaciones y desastres naturales.
Nuestra Madre Tierra, ese ser “viviente dinámico conformado por la comunidad indivisible de todos los sistemas de vida y los seres vivos, interrelacionados, interdependientes y complementarios, que comparten un destino común”, llega a su tercer año de conmemoración con una ley que nombra pero no garantiza sus principios básicos de supervivencia.
Los gobernantes de ayer y hoy siguen repitiendo un modelo de desarrollo que lo único que hace es romper la armonía que ahora forma parte del texto de ley, pero a nombre del bien colectivo no contemplan los impactos irreversibles de sus decisiones, quitándole de esa manera todas sus garantías de regeneración natural. Estas decisiones, al contrario de lo que manda la ley, están basadas a intereses mercantiles.
El Día Internacional de la Madre Tierra es una fecha para conmemorarla y recordar los desafíos y responsabilidades que tenemos cada uno de los ciudadanos respecto de su cuidado; sólo que hoy en día quienes tenemos el afán de conservarla somos etiquetados de colonialistas disfrazados de ambientalistas, atentando de esa manera con su derecho de conservación y poniendo en riesgo nuestro derecho de protegerla.