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Jardineras en la Av. 6 de marzo

Ser varita en El Alto debe ser uno de los trabajos más difíciles en Bolivia. Especialmente en la Ceja y en las principales avenidas de esa urbe, donde impera el desorden y la desconsideración tanto de choferes como de peatones, y rige la ley del más fuerte. Además de tener que lidiar con el congestionamiento, los insultos y el estrés; los agentes de tránsito tienen que soportar la contaminación de los vehículos, el frío del altiplano, los intensos rayos solares y el calor del asfalto. Peligrosa combinación que deviene en una serie de problemas para su salud, típicos del oficio, como desórdenes auditivos y problemas en la piel.

Por todo ello y por el bien de los ciudadanos, es de esperar que la prolongación de la jardinera central en la avenida 6 de Marzo (desde el peaje de la autopista hasta la intersección de la calle 3) concluya cuanto antes; pero sobre todo que cumpla su propósito: obligar a los peatones a emplear las pasarelas.

Pero para lograrlo, estas obras deberán ser reforzadas con campañas viales que eduquen a una población acostumbrada a transgredir las normas. Prueba de ello fue la reacción de los vecinos, que siguen cruzando la 6 de Marzo por la calzada, pese a la interrupción del cruce peatonal con calaminas para proteger las obras que allí se realizaban.