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Discurso o valores

'Estamos convocados para convertirnos en la vanguardia de la defensa de la naturaleza’

/ 14 de mayo de 2012 / 04:00

Hoy en día leemos declaraciones presidenciales en la prensa como: “Queremos construir caminos y no quieren. Esa demanda del camino Cochabamba-Beni no sólo es de la época de la República…”. La forma y el tono de esta frase dan por sentado que la carretera se va a hacer por donde el Gobierno de inicio quiso hacerla, y que se trata de una postura que aparentemente no va a cambiar.

Esta postura se la vio ya en 2011, cuando el Presidente del Estado sentenciaba: “Quiero decirles, quieran o no quieran vamos a construir este camino…”, manteniendo firme su convicción de llevar adelante la carretera por el Territorio Indígena Parque Nacional Isiboro Sécure (TIPNIS). Determinación que generó la histórica VIII marcha de los pueblos indígenas de Bolivia, que por primera vez logró inspirar y movilizar al país a favor de la protección de un área protegida que, de acuerdo con nuestra Constitución Política del Estado, en su artículo 385, es considerada como “un bien común y forma parte del patrimonio natural y cultural del país…”

La lucha durante ese periodo fue tenaz, y fruto de ello es que en instalaciones del Palacio de Gobierno, en octubre de 2011, el Presidente promulgó la Ley de Protección TIPNIS, declarando que esta norma “garantiza que nunca más un camino entre al TIPNIS, para que sea respetado como territorio virgen”.

Como toda acción genera una reacción, en 2012 se organizó la marcha indígena liderada por el Consejo Indígena del Sur (Conisur), con la participación de grupos cercanos al Gobierno. Movilización que logró que el Ejecutivo dé marcha atrás en su decisión de octubre de 2011. Para la ocasión, el Presidente declaró: “La anulación de la ley corta depende de la Asamblea Legislativa y de ustedes”.

La estrategia de poner a dos marchas confrontadas colocó en la palestra el siguiente discurso: Unos marcharon en contra de la construcción del camino a través del TIPNIS, y otros marcharon para pedir la construcción del camino por medio del parque. Lo mejor es que quienes viven ahí decidan qué hacer con esta ley de consulta. Concluyendo que cualquier oposición a esta medida constituye un rechazo a la Constitución Política del Estado.

Para cerrar este cambio discursivo, parafraseo el refrán que dice: Es de sabios cambiar de opinión, pero no de valores, recordando al Primer Mandatario que en 2009 declaró al mundo: “Hoy, los pueblos indígenas de América Latina y del mundo estamos convocados por la historia para convertirnos en la vanguardia de la defensa de la naturaleza y de la vida”.

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Demagogia ambiental

Sólo protegiendo los parques nacionales garantizaremos la conservación del Illimani y del bufeo

/ 23 de julio de 2012 / 05:16

Para quienes nos olvidamos de este término, la demagogia es la búsqueda constante de los políticos por alcanzar apoyo popular a partir de falsas promesas o palabras e intenciones bonitas, o (según lo manifestado por el filósofo Aristóteles) es la “forma corrupta o degenerada de la democracia”.

Al respecto, semanas atrás, el Congreso Nacional nos adelantó dos joyas demagógicas dignas del programa Aunque usted no lo crea. La primera fue liderada por la Cámara de Diputados, cuyos miembros aprobaron, en sus estaciones en grande y en detalle, el proyecto de ley que declara “Patrimonio y Paisaje Natural” del Estado Plurinacional de Bolivia al majestuoso nevado Illimani, ubicado en el departamento de La Paz.

La segunda joya fue inspirada por la Comisión Región Amazónica, Tierra, Territorio, Agua, Recursos Naturales y Medio Ambiente, quienes aprobaron un proyecto de ley que sugiere declarar como “Patrimonio Natural” de Bolivia al bufeo o delfín de agua dulce, pez que habita en los departamentos de Beni, Santa Cruz y Pando, en los ríos Madera, Mamoré e Iténez.

Cabe preguntarse con qué poder y moral los congresistas van a poder garantizar sus “buenas intenciones” de proteger ambos patrimonios, si para conservar el Illimani deberíamos, como primera tarea, hacer cumplir la Constitución Política del Estado, que manda preservar las áreas protegidas (como el TIPNIS), por cuanto son “Patrimonio Natural y Cultural” del país. Y es que únicamente garantizando la conservación de nuestras áreas reservadas podremos mitigar el calentamiento global, principal amenaza de los nevados en el mundo, incluyendo el Illimani.

Por otra parte, cabe preguntarse ¿cómo vamos a garantizar la conservación del bufeo si somos incapaces de conservar su entorno, es decir, nuestras áreas protegidas? ¿Podemos mostrarnos como una nación preocupada por el cuidado del medio ambiente, cuando el ejemplo del TIPNIS revela que no queremos o no podemos defender los patrimonios naturales que son la casa natural de la especie y el servicio esencial para que el planeta deje de calentarse?

Lo último que el planeta necesita ahora es “demagogia ambiental”. Lo que urge en estos momentos de crisis ambiental es que los líderes nacionales, departamentales y municipales pasen de las buenas intenciones al ejercicio serio y al cumplimiento mínimo de las leyes de protección de nuestro medio ambiente, biodiversidad y áreas protegidas. Únicamente cumpliendo esto garantizaremos el cuidado del Illimani y la preservación del bufeo.

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