El domingo se vivió un final de infarto en la Liga profesional de fútbol. Tres equipos llegaban con posibilidades para coronarse: San José, Oriente Petrolero y The Strongest, en ese orden de probabilidades. A dos fechas de concluir el campeonato, la escuadra orureña era el líder y el que mejores perspectivas tenía, sólo necesitaba un punto de los seis en juego para llevarse el título. Sin embargo, esa unidad le fue esquiva porque, casualmente, le tocó jugar con sus dos seguidores, quienes no estaban dispuestos a aflojar el paso en la recta final.
The Strongest, el cuadro con menores posibilidades de llevarse la corona (ya que dependía de otros resultados, a diferencia de sus contrincantes que dependían sólo de sí mismos), fue el campeón. Aquí cabe resaltar y felicitar la brillante labor de su director técnico, Eduardo Villegas, quien asumió el control del conjunto atigrado cuando éste se encontraba en las últimas posiciones. Y desde allí, desde abajo, pero con un equipo sólido y de gran capacidad que ya en el anterior certamen salió campeón, Villegas sacó lo mejor de su gente, que fue escalando posiciones hasta alcanzar una nueva corona, al mejor estilo atigrado: con garra, pasión y sufrimiento hasta el minuto final del último partido del campeonato.