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Maniobras

Somos (los participantes activos en la política boliviana) tan, pero tan buenos para hacer maniobras políticas que somos capaces de decir una cosa y cambiar el sentido de la misma a conveniencia. Creo que pronto podremos ver la luz del sol en la noche sin que eso signifique que tengamos que apagar las luces porque brillará pero no alumbrará, por dar un ejemplo.

Proyectar un decreto para suspender otro y esperar una cumbre para ver si se crea otro decreto para recuperar el suspendido parece una obra de arte abstracto. Si Marx, Lenin o el Che estuvieran vivos, sus propuestas de cambios políticos trascendentes serían una pulga en comparación con la política hecha en Bolivia.

Es cierto, necesitamos hablar de salud en serio, tal vez no solamente en una única cumbre social sino un buen y largo tiempo. Pero si se van a intentar arreglos políticos para proponer reformas y realizar otras políticamente convenientes, estaremos en serios problemas de concepto en cuanto a una novedosa y beneficiosa revolución de la salud.

Los médicos queremos las cosas claras y sanas (mentalmente), no podemos pasar la oportunidad de lograr cambios que realmente infieran en bloquear la mortalidad materno infantil, que beneficien a cada uno de los ciudadanos y ciudadanas, y llegue a ser tangible para las zonas más necesitadas como el campo, regiones periurbanas, fronteras, etc.

Hay varias cosas por hacer, y esperamos que los recursos (económicos) no sufran recortes ni limitaciones mediocres que transformen un cambio en una inútil modificación no esencial, que termine en lo mismo de siempre: “ser los primeros en mala salud de las Américas”

Realizar cambios “significativos” significa un fuerte “gasto” al corto y mediano plazo para poder acceder a evaluar las transformaciones entre el mediano y largo plazo, cuando las estadísticas demuestren amplias mejorías en cifras, y entonces ese “gasto” se  llamará  “inversión”, al  rehabilitar enfermos y permitirles reincorporarse rápidamente a su fuente laboral para producir mayores ingresos. Entonces, se recordará al gobierno de Evo Morales como el que más y mejor lo hizo en cuanto a salubridad. Y no como hasta ahora que quiso tocar al sector y destapó un nido de hormigas trabajadoras que claman igualdad de derechos (incorporación de nuestro oficio a la Ley General del Trabajo).

No necesitamos maniobras políticas, ni siquiera su interferencia. Requerimos luz verde para poder hacer y deshacer cambios destinados a la salud curativa y preventiva. La cumbre social es una buena idea, pero las buenas ideas deben plasmarse en posibilidades concretas y sacar el provecho necesario pronto, y no terminar en la típica reunión política que por aclamación respeta consignas prefabricadas.