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Contra la homofobia

La homosexualidad no es una enfermedad mental ni una “desviación”, y sólo en 1990, un día como hoy, la Organización Mundial de la Salud (OMS) retiró oficialmente de la lista de enfermedades mentales de la psiquiatría esta orientación sexual. En recuerdo de la fecha en que se tomó esta decisión se celebra el Día Internacional contra la Homofobia y Transfobia.

La homofobia es entendida como el rechazo o aversión, odio, prejuicio o discriminación, contra hombres o mujeres homosexuales; y por extensión contra personas bisexuales o transexuales, y las que mantienen actitudes o hábitos comúnmente asociados al otro sexo. Si bien se habla cada día más de la homosexualidad y hasta parece ser aceptada en los discursos mediáticos en los que el tema parece haber dejado de ser un tabú, en la vida cotidiana la homofobia, en sus múltiples manifestaciones, goza de buena salud.

En efecto, en Bolivia, por ejemplo, la Constitución Política del Estado garantiza la igualdad de derechos de las personas con diversa identidad sexual y de género (que no son lo mismo), la Ley 045 penaliza las manifestaciones de discriminación y violencia contra este grupo de la sociedad y el Gobierno Municipal de La Paz se sumó desde 2009 a la celebración del Día Internacional contra la Homofobia y Transfobia. Sin embargo, abundan los testimonios de personas homosexuales, bisexuales, transexuales y transgénero que dan cuenta de la persistencia de la aversión social hacia su identidad. Además, estudios de la Defensoría del Pueblo revelan que la población boliviana reconoce que la identidad sexual diferente es una de las principales causas de discriminación.

Está visto, pues, que la existencia de un marco normativo favorable a la eliminación de las actitudes discriminatorias no es suficiente si la sociedad no asume como propio el objetivo que las leyes persiguen. Esa es la razón por la que los grupos de activistas impulsan celebraciones como la de hoy, pues aún estamos, como sociedad, en la fase de reconocer la existencia de los colectivos gay lesbiana bisexual trans (GLBT), lo cual es apenas el primer paso en el camino de lograr su plena aceptación y, sobre todo, el debido respeto que merecen.

Si en lo normativo se han dado pasos importantes, y los grupos interesados hacen permanentes esfuerzos por mantener el debate sobre la temática siempre presente en la esfera pública, cabe esperar un paulatino cambio en la sociedad. Adherirse a la causa del reconocimiento y respeto de la diversidad, en general, y de las diferentes manifestaciones sexuales y de género, en particular, es también una forma de profundizar la democracia.

La celebración de hoy dejará, pues, la constancia de que la homofobia es un mal de la sociedad que debe ser erradicado, pero sobre todo, que las tareas pendientes para lograrlo son todavía muchas.