Las otras familias
La pobreza, la migración, los divorcios, entre otros factores, han generado estas ‘nuevas’ familias
Hermanos mayores que viven con sus hermanos menores, abuelas que se quedan a cargo de los nietos, tíos responsables de sus sobrinos, amigos que deciden vivir juntos, madres solteras que viven con sus hijos, padres solteros o divorciados que viven con sus hijos son otras formas de familia, reconocidas por la cotidianidad pero inexistentes en nuestra legislación.
La migración, la pobreza, los divorcios, la urbanización, entre otros factores, han generado estas “nuevas” familias, que no son contempladas ni en la Constitución Política del Estado, ni en el Código de Familia porque las normas bolivianas aún conservan el estereotipo de familia nuclear: papá, mamá e hijos, al momento de otorgar derechos sociales a los miembros de un hogar, como afirma un estudio realizado por la Universidad Mayor de San Andrés. Si bien la CPE y el Código de Familia protegen desde el Estado a las familias, el concepto tiene limitaciones, pues “se dice que es nuclear; o sea, padre, madre e hijos. En cambio, hay otro tipo de familias conformadas por madres solteras e hijos, las uniones gay, las familias extendidas y adquiridas, etcétera”, señala la investigación.
El ignorar a estas otras formas de familias es desamparar a 210 mil huérfanos, a medio millón de menores de 12 años sin registro de identidad, a 366 mil niños abandonados y 2.200 que se encuentran viviendo en la calle, según datos proporcionados por Unicef.
Reconocer formas no tradicionales de familia significa otorgarles plena responsabilidad para el desarrollo físico y afectivo de las personas que las conforman, porque se visibiliza su existencia. Es también una forma de enmendar la falta de políticas sociales, de un sistema demoledor del ser humano, donde el punto central es el consumo y la acumulación, generando a su vez el abandono, la separación y el desconocimiento de sus miembros.
El 15 de mayo, en ocasión de celebrarse el Día Internacional de la Familia, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, llamó a buscar un mejor equilibrio entre el trabajo y la familia, lo que en la práctica debiera significar responsabilidad compartida en la crianza de los niños, dedicación al diálogo, aprendizaje y tiempo para el ocio.
Cualquiera que sea el tipo de familia, de ella depende la supervivencia de sus miembros. El desamparo genera sentimientos de venganza, intolerancia, desafecto, delincuencia, crueldad. Existe la necesidad humana de pertenecer a un grupo, a un cobijo cariñoso que incite a ser un buen ser humano, a corresponder donde se sienta útil. Es en la familia, nuclear, monoparental, disfuncional o como se llame, en la que se pueden sembrar y difundir los valores de una sociedad incluyente, comunitaria, solidaria, tolerante.