Microfinanzas y servicios básicos
Es desde el mercado que se debe innovar y dar solución a las mejoras en la normativa crediticia.
En un reciente trabajo de campo en las áreas periurbanas de Cochabamba sobre temas de agua y saneamiento, algunas familias mencionaban que a pesar de haber intentado acceder a un microcrédito para la construcción de un cuarto de baño, la compra de accesorios como un inodoro, ducha y lavamanos, se habían encontrado con grandes rompemuelles en esa aspiración de superación.
Inmediatamente hice un rápido sondeo con amigos de instituciones de microfinanzas reguladas y no reguladas, con el objetivo de explorar cuál era la razón por la que una persona de menores ingresos no puede acceder a dicho microcrédito, pese a la motivación y el deseo de contar con un servicio básico que mejora la condición de vida, reduce riesgos de enfermedades y cumple con la aspiración de los jefes de hogar de poder mandar a sus hijos a la escuela duchados todos los días.
Los amigos de las entidades financieras identifican los siguientes cuellos de botella que explican la existencia de esos rompemuelles en la vida de una familia periurbana: i) Gran parte de las familias en asentamientos periurbanos no cuentan con el derecho propietario saneado sobre su terreno o casa, y por lo tanto no pueden constituir una garantía real para un crédito de largo plazo de características hipotecarias. ii) Si bien la construcción de un cuarto de baño podría ser atendido como un crédito de libre disponibilidad o de consumo, éste resulta caro y a veces inaccesible. iii) A veces las familias ya tienen un crédito para una actividad económica, su capacidad de pago se ve reducida al tratar de acceder a otros créditos. iv) Algunos mencionan que las tecnologías crediticias del sector de microfinanzas se han especializado en actividades económicas como el comercio. Podría ser necesario desarrollar nuevas tecnologías crediticias y una nueva normativa para este tipo de créditos.
A partir de lo explicado en los párrafos anteriores, es evidente que hay dos tipos de castigos para la familia periurbana. El primer castigo es que el Estado no ha podido llevarle redes de agua y saneamiento a esas zonas a la misma velocidad a la que crecen sus necesidades, y tampoco ha avanzado en el saneamiento de la propiedad periurbana.
El segundo castigo es del mercado. La familia periurbana si bien podría acceder a un microcrédito de consumo, éste resulta caro porque la tecnología crediticia para un crédito de consumo no es la misma que para un crédito de largo plazo, destinado a la mejora o ampliación de vivienda y que requiere garantías hipotecarias.
La oportunidad es inmensa porque las estadísticas demuestran que hay más de 5 millones de bolivianos que no tienen acceso a agua, saneamiento y/o energía eléctrica y gran parte de ellos vive en zonas periurbanas, muy cercanas a las tres principales ciudades del país.
Por lo tanto, es desde el mercado (microfinanzas) que conviene empezar a innovar y dar solución a las mejoras en la normativa crediticia, y con ello la innovación en las tecnologías crediticias de microfinanzas para necesidades relacionadas con servicios básicos.
Al mismo tiempo, los beneficios para la economía boliviana serían inmensos, porque si bien hay familias emergentes que han incrementado sus ingresos, todavía no pueden salir de los círculos de la pobreza por cuanto no tienen acceso pleno y sostenible a servicios básicos como agua, saneamiento y energía eléctrica.