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Intrascendente inversión

De acuerdo con el informe sobre el comportamiento de la inversión extranjera publicado por la     CEPAL, los flujos de inversión extranjera directa (IED) hacía Sudamérica alcanzaron el 2011 un máximo histórico de $us 121 mil millones; un crecimiento del 35% respecto al flujo registrado en 2010.

Brasil, Chile, Colombia, Perú y Argentina, en ese orden, fueron los receptores del 92% de esos flujos de inversión. Chile, Colombia y Perú registraron niveles históricos de IED en 2011, gracias al favorable ambiente para la inversión que existe en los mismos. Cabe mencionar que esos tres países cuentan además con una calificación de riesgo con grado de inversión (igual o superior a BBB-). 

Según el Banco Central de Bolivia (BCB), el país registra $us 859 millones de IED en 2011, que si bien es un 28% superior a la registrada en 2010, apenas representa el 0,71% del total de flujos de inversión recibidos en la región, inferior al 0,75% que representaba la IED recibida en 2010. Vale decir que, en un año con niveles históricos de IED en Sudamérica, el país registra un crecimiento inferior al de la región y una menor participación en el total de flujos de inversión extranjera recibidos en la misma.

Los intrascendentes montos de IED que viene recibiendo el país en los últimos años demuestran que no existe un clima favorable para la inversión privada, aunque el Gobierno se empeñe en decir lo contrario, con nacionalizaciones de por medio. Haber mejorado la calificación de riesgo del país de B- a BB- es indudablemente un logro importante, pero todavía está muy por debajo del grado mínimo de inversión (tres niveles debajo de BBB-).

Sin embargo, países con calificación menor a BBB- vienen recibiendo importantes flujos de IED, como es el caso de Uruguay que con una calificación de BB+ (dos niveles por encima de Bolivia) ha registrado máximos históricos de IED en los últimos años, gracias al favorable clima para la inversión que ofrece. Consiguientemente, una mejor calificación de riesgo es una condición necesaria, mas no suficiente para atraer inversión extranjera.