Mellizos en la marcha
Se debió brindar las mejores condiciones para que estos mellizos nacieran sin complicaciones
El 24 de mayo, Carolina Moye se hizo famosa por dar a luz a dos bebés en la hacienda de Altamira, cerca de Chaparina, en medio de la ya destacada IX marcha por el TIPNIS. El parto fue asistido por tres mujeres indígenas. Por fortuna, este incidente tuvo un final feliz, pues inmediatamente después del parto la trasladaron a un centro de salud cercano para el alumbramiento (expulsión de la placenta). Ello gracias al consejo de las asistentes, que le diagnosticaron retención de placenta. Dicha emergencia se resolvió gracias a que Carolina recibió una atención rápida y efectiva por parte de médicos bolivianos, probablemente acostumbrados a atender complicaciones de partos realizados en domicilios, alejados de un centro de salud.
No obstante, los riesgos a los que Carolina sometió a sus mellizos son más de los que usted cree. Hoy se sabe que el embarazo múltiple, en este caso doble, incrementa cerca de ocho veces más los riesgos gestacionales con relación a los embarazos simples. Estos riesgos van desde el aumento de la presión durante la gestación (preeclampsia), rotura prematura de membranas, parto prematuro y limitaciones en el crecimiento de los fetos. Durante el parto, existe una amplia literatura respecto a los mayores riesgos de morbi-mortalidad neonatal, principalmente del segundo mellizo, porque, luego del nacimiento de su hermano, puede cambiar de posición con el consiguiente riesgo de que se interrumpa la expulsión de su cabeza. Obstrucción que puede derivar en una asfixia severa y en la muerte del bebé; así como en una severa hemorragia, susceptible de poner en riesgo la vida de la madre.
Sin duda, Carolina no tiene la culpa de haber puesto en riesgo la vida de sus hijos y la suya propia; es más bien responsabilidad del actual sistema de salud, que no es lo suficientemente protector como lo sugiere (por decir algo) la nueva Constitución Política del Estado. Las autoridades de salud debieron estar al tanto de este embarazo y se debió brindar las mejores condiciones para que estos mellizos nacieran sin complicaciones, sin importar los motivos de la marcha. El Estado es el responsable de la protección del binomio madre niño y/o niña, y en este caso en particular la negligencia brilló por su presencia.
Existen otras siete mujeres embarazadas en la IX marcha. Esperamos que las medidas de protección y vigilancia a estos embarazos sean lo más óptimos posible, porque, por más desacuerdo que haya con la convicción de este grupo de indígenas que poseen un reclamo legítimo, la CPE nos protege a todas y todos los bolivianos por igual, ¿o no?
Hoy festejamos el nacimiento de estos mellizos varoncitos en la marcha indígena que, según señalan los propios caminantes, es señal de buen augurio. Pero, como se explicó anteriormente, podríamos haber lamentado el caso; y eso no lo hubiésemos perdonado jamás.