Sobre la Cumbre de las Américas
Nuestro hemisferio gana cuando los países trabajan juntos por un objetivo compartido
La XI Cumbre de las Américas en Cartagena, Colombia, produjo mandatos concretos. Los líderes de la región optaron por conversar francamente sobre temas difíciles, incluso aquellos con puntos de desacuerdo substanciales. Ningún tema quedó fuera de la mesa, según el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos. Llamando a la reunión “la cumbre del diálogo y la sinceridad”, Santos subrayó que “dejar de lado los largos silencios” y hablar con franqueza, no sólo sobre los temas que unen a los países, sino también sobre aquellos que alejan, beneficia a la región.
La reunión de Cartagena fue refrescantemente franca. Los países expresaron claramente sus posiciones sobre cuestiones tales como la guerra contra las drogas, la situación de Cuba en el Sistema Interamericano y la cuestión de las Malvinas, temas sobre los que hay diferencias significativas. Esta combinación de diálogo honesto y de escucharse unos a otros no siempre ha sido tan evidente en una región con encuentros y desencuentros entre el Norte y el Sur. Esa combinación en Cartagena es tal vez el reflejo de un diálogo más maduro en el cual algunos países acuerdan estar en desacuerdo sobre cuestiones políticas específicas, aun cuando comparten la importancia de la colaboración y el compromiso multilateral en la promoción del desarrollo, de la seguridad, de la democracia y los derechos humanos, entre otros.
Pocos días antes de la reunión de Cartagena, el centro de pensamiento Diálogo Interamericano lanzó el informe titulado Reconstruyendo la relación: Los Estados Unidos y América Latina, en el que señaló que “tres problemas no resueltos que causan tensión y frustración en los asuntos interamericanos, la inmigración, las drogas y Cuba, requieren en especial atención urgente”. El informe además hace un llamado a los países en el proceso de Cumbres para que resuelvan estos problemas “con el fin de establecer alianzas más productivas”.
No es de sorprenderse que los presidentes y primeros ministros no resolvieran estas cuestiones en un solo día; son asuntos complejos. Sin embargo, en un diálogo entre iguales, dieron un gran paso adelante en Cartagena por el simple hecho de estar de acuerdo con encarar de frente estas cuestiones, y abrir el camino para continuar la conversación e impulsar posibles acciones. Por otra parte, los países adoptaron una serie de propuestas, negociadas en los meses previos a Cartagena, para combatir la pobreza y la de- sigualdad, reducir el riesgo de desastres naturales, fortalecer la seguridad ciudadana, mejorar la infraestructura y ampliar el acceso a las tecnologías. La OEA y otras instituciones interamericanas están preparadas para prestar apoyo a los diversos países en la implementación de estas medidas concretas en los próximos meses.
El secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, ya se encuentra poniendo en marcha este llamado a la acción de los presidentes sobre el tema de las drogas, iniciando consultas con los estados miembros y presentando la situación ante la Comisión Interamericana para el Control del Abuso de Drogas (CICAD). El Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el Banco Mundial y el Banco de Desarrollo de América Latina (CAF) se han unido comprometiéndose a poner a disposición un promedio anual de $us 35 mil millones para las economías regionales “para apoyar el crecimiento económico con inclusión social”. Otras instituciones se encuentran desarrollando sus programas de implementación.
Los esfuerzos para avanzar en la puesta en práctica de las iniciativas empezaron en Cartagena, incluso antes del final de la Cumbre, oportunidad que utilizaron algunos países para poner en marcha iniciativas regionales relacionadas con los compromisos de la Cumbre. Los Estados Unidos, en cooperación con Colombia, anunció la iniciativa Conectando las Américas 2022 (Connect2022), que busca asegurar que dentro de una década cada persona en el hemisferio occidental tenga acceso a electricidad a un precio que puedan pagar. La secretaria de Estado, Hillary Clinton, anunció también la iniciativa Mujeres Emprendedoras de las Américas (WEAmericas) para apoyar a las mujeres empresarias en la región.
A largo plazo, el éxito de la Cumbre será determinado por el compromiso de los países a trabajar juntos para lograr los resultados deseados. Nuestro hemisferio gana cuando los países de las Américas comparten intereses y aspiraciones, y trabajan juntos por un objetivo compartido.