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Sobre la Cumbre de las Américas

Nuestro hemisferio gana cuando los países trabajan juntos por un objetivo compartido

/ 7 de junio de 2012 / 04:28

La XI Cumbre de las Américas en Cartagena, Colombia, produjo mandatos concretos. Los líderes de la región optaron por conversar francamente sobre temas difíciles, incluso aquellos con puntos de desacuerdo substanciales. Ningún tema quedó fuera de la mesa, según el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos. Llamando a la reunión “la cumbre del diálogo y la sinceridad”, Santos subrayó que “dejar de lado los largos silencios” y hablar con franqueza, no sólo sobre los temas que unen a los países, sino también sobre aquellos que alejan, beneficia a la región.

La reunión de Cartagena fue refrescantemente franca. Los países expresaron claramente sus posiciones sobre cuestiones tales como la guerra contra las drogas, la situación de Cuba en el Sistema Interamericano y la cuestión de las Malvinas, temas sobre los que hay diferencias significativas. Esta combinación de diálogo honesto y de escucharse unos a otros no siempre ha sido tan evidente en una región con encuentros y desencuentros entre el Norte y el Sur. Esa combinación en Cartagena es tal vez el reflejo de un diálogo más maduro en el cual algunos países acuerdan estar en desacuerdo sobre cuestiones políticas específicas, aun cuando comparten la importancia de la colaboración y el compromiso multilateral en la promoción del desarrollo, de la seguridad, de la democracia y los derechos humanos, entre otros.

Pocos días antes de la reunión de Cartagena, el centro de pensamiento Diálogo Interamericano lanzó el informe titulado Reconstruyendo la relación: Los Estados Unidos y América Latina, en el que señaló que “tres problemas no resueltos que causan tensión y frustración en los asuntos interamericanos, la inmigración, las drogas y Cuba, requieren en especial atención urgente”. El informe además hace un llamado a los países en el proceso de Cumbres para que resuelvan estos problemas “con el fin de establecer alianzas más productivas”.

No es de sorprenderse que los presidentes y primeros ministros no resolvieran estas cuestiones en un solo día; son asuntos complejos. Sin embargo, en un diálogo entre iguales, dieron un gran paso adelante en Cartagena por el simple hecho de estar de acuerdo con encarar de frente estas cuestiones, y abrir el camino para continuar la conversación e impulsar posibles acciones. Por otra parte, los países adoptaron una serie de propuestas, negociadas en los meses previos a Cartagena, para combatir la pobreza y la de-   sigualdad, reducir el riesgo de desastres naturales, fortalecer la seguridad ciudadana, mejorar la infraestructura y ampliar el acceso a las tecnologías. La OEA y otras instituciones interamericanas están preparadas para prestar apoyo a los diversos países en la implementación de estas medidas concretas en los próximos meses.

El secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, ya se encuentra poniendo en marcha este llamado a la acción de los presidentes sobre el tema de las drogas, iniciando consultas con los estados miembros y presentando la situación ante la Comisión Interamericana para el Control del Abuso de Drogas (CICAD). El Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el Banco Mundial y el Banco de Desarrollo de América Latina (CAF) se han unido comprometiéndose a poner a disposición un promedio anual de $us 35 mil millones para las economías regionales “para apoyar el crecimiento económico con inclusión social”. Otras instituciones se encuentran desarrollando sus programas de implementación.

Los esfuerzos para avanzar en la puesta en práctica de las iniciativas empezaron en Cartagena, incluso antes del final de la Cumbre, oportunidad que utilizaron algunos países para poner en marcha iniciativas regionales relacionadas con los compromisos de la Cumbre. Los Estados Unidos, en cooperación con Colombia, anunció la iniciativa Conectando las Américas 2022 (Connect2022), que busca asegurar que dentro de una década cada persona en el hemisferio occidental tenga acceso a electricidad a un precio que puedan pagar. La secretaria de Estado, Hillary Clinton, anunció también la iniciativa Mujeres Emprendedoras de las Américas (WEAmericas) para apoyar a las mujeres empresarias en la región.

A largo plazo, el éxito de la Cumbre será determinado por el compromiso de los países a trabajar juntos para lograr los resultados deseados. Nuestro hemisferio gana cuando los países de las Américas comparten intereses y aspiraciones, y trabajan juntos por un objetivo compartido.

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Resguardar la sanidad animal

/ 2 de marzo de 2023 / 02:05

En un mundo globalizado como el que vivimos hoy, el movimiento de personas, animales y alimentos ha generado condiciones que han ido propiciando la propagación de enfermedades infecciosas y epidemias de manera rápida y agresiva alrededor del mundo.

Actualmente, dos enfermedades virales se encuentran entre las que debemos mirar con mayor atención en nuestra región: la peste porcina africana, que aqueja a los cerdos domésticos y silvestres; y la influenza aviar, que afecta especialmente a aves domésticas y silvestres, pero que también ha registrado contagios en otros animales mamíferos e incluso en personas.

En julio de 2021, la peste porcina africana (PPA) reemergió en República Dominicana y en Haití luego de 40 años de ausencia. En ese contexto, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) está dando asistencia al tema, con apoyo de la Oficina de Asistencia Humanitaria de la Agencia de EEUU para el Desarrollo Internacional (BHAUSAID por sus siglas en inglés), y del Servicio de Inspección de Sanidad Agropecuaria del Departamento de Agricultura de EEUU (USDA-APHIS). Se busca dar apoyo a 30.000 productores, y concientizar a los países de América Latina y el Caribe sobre el tema.

En 2022, la influenza aviar, considerada altamente patógena, inició un ciclo de brotes y expansión en los países de América Latina y el Caribe por medio de las rutas anuales de las aves migratorias. Actualmente, 14 países de la región han reportado casos de esta enfermedad, elevando la demanda a los servicios nacionales de sanidad animal, y la cifra puede continuar aumentando.

En este contexto, la FAO está trabajando activamente en la generación de capacidades en los sistemas de los países afectados y en la coordinación de programas y políticas que permita una acción sinérgica y preventiva que minimice el impacto sobre los sistemas alimentarios.

No podemos olvidar que estas enfermedades no solo afectan a nivel de salud pública, sino que también pueden generar efecto en el comercio y el suministro de alimentos.

Pero éste debe ser un trabajo conjunto. Los países deben seguir fortaleciendo sus programas nacionales de control y erradicación de las enfermedades animales transfronterizas y enfermedades zoonóticas de impacto en la salud humana, estableciendo alianzas con los diversos actores.

En este sentido la prevención es clave. Por ejemplo, para evitar la introducción de la influenza aviar en explotaciones animales, la FAO recomienda que los avicultores eviten el contacto entre aves de corral y aves silvestres, mantengan un control estricto sobre el acceso de vehículos, personas y equipos a las instalaciones avícolas, así como refuercen todas las medidas de bioseguridad en la propiedad.

Además, como organización, estamos trabajando junto a institutos de investigación y otros organismos internacionales vinculados a sanidad animal, ayudando a los países a incrementar la vigilancia y la preparación para la detección temprana y en el control rápido del virus.

Solo así podremos asegurar la seguridad alimentaria, reforzar los medios de vida, y avanzar en una ganadería sostenible, resiliente, competitiva y baja en emisiones.

Andrés González es oficial de Ganadería Sostenible, Sanidad Animal y Biodiversidad de la FAO para América Latina y el Caribe.

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