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Eliminación del desacato

El Vicepresidente del Estado calificó la decisión de concederle asilo al senador Pinto en Brasil como “desatinada”. No obstante, este fallo sirvió para cuestionar la pertinencia de eliminar o sustituir el desacato por otra figura jurídica en el Código Penal. Necesario y pertinente debate.

Extraído del derecho romano, el desacato condena las injurias contra una autoridad estatal. Esto significa que difamar a un funcionario público es mucho más grave que injuriar a una persona particular, lo cual fractura el principio básico de igualdad ante la ley. Además, esta figura ha sido tradicionalmente empleada para proteger a los gobiernos de posibles críticas de la ciudadanía, especialmente de los medios de comunicación. De allí que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos haya calificado a las leyes de desacato como atentatorias a la libertad de expresión e incompatibles con la Convención Americana sobre Derechos Humanos, convenio suscrito por el país.

Estos y otros motivos han promovido su eliminación de la normativa internacional; y en los regímenes democráticos, hace ya varios años que ha empezado a desaparecer como delito independiente de las violaciones contra el honor hacia cualquier persona. Cabe esperar que en Bolivia se proceda de igual manera.