Ella, Angela Merkel (a la sazón canciller de Alemania), está semidesnuda. Se le ve un poco el pezón. Él, Mariano Rajoy (actual presidente del Gobierno de España), desnudo total. Se le nota la silueta del culo. “¿Hierro o látigo?”, pregunta ella, de pie, exhibiendo uno en cada mano. “Depende”, responde él, de rodillas. La escena, sadomasoquista, tiene un fuerte componente sexual. “El principio de una hermosa amistad”, se lee en la parte superior de la imagen. Y, como todo lo “prohibido”, circula profusamente en la red luego de haber sido censurada (“vetada”, dicen) por Facebook. No importa que se trate de un dibujo. Tampoco que sea la portada de una revista de sátira: El Jueves (la revista que sale los miércoles). La red social no tolera irreverencias tales.
La noticia sobre tal viñeta viene a cuento del renovado debate acerca de la “política de contenidos” en Facebook y los criterios con los cuales, de manera unilateral y arbitraria, decide eliminar contenidos e inhabilitar usuarios. ¿Las denuncias de los que se sienten ofendidos son más atendibles que la libertad de expresión? ¿Debiera haber límites? ¿Cuáles? ¿Quién y cómo los define?
Pero si una socarrona ilustración de Merkel y Rajoy en práctica sado hiere sensibilidades conservadoras en la Eurozona, ¿qué debiera decirse de las groseras portadas de cada día en torno al espantajo de la crisis? En las últimas semanas, por ejemplo, campea la incertidumbre y se anuncia caos si una fuerza de izquierda (oh, suicidio, sacrilegio) gana las elecciones legislativas en Grecia.
“Riesgos graves” para Europa, alerta un diario español. Y se habla/rumorea del rescate a la banca, el creciente déficit, la inestabilidad de los mercados, las agencias calificadoras, la prima de riesgo, la rentabilidad de los bonos, la deuda pública, la caída de las Bolsas, la urgente liquidez… Uf. Los indicadores de (des)confianza no dan tregua. Y la poderosa Troika ofrece hierro y/o látigo.
¿Sobrevivirá Europa ante una victoria electoral de Syriza? ¿En serio creen en la inminencia del “colapso”? ¿Qué tan fuerte/débil puede ser una moneda única como el Euro si tiembla cuando los ciudadanos votan? ¿No será más bien un chantaje de la austeridad para que el soberano griego “recapacite” y vote a la derecha? Elecciones y democracia: vaya peligro para los sensibles mercados y sus bonos basura.
Los movimientos de indignación denuncian bien que mientras se destinan miles de millones de euros al veloz rescate de la banca corrupta, los Gobiernos del ajuste imponen feroces recortes bajo el supuesto de que las ciudadanas y los ciudadanos deben apretarse el cinturón y bajarse el pantalón al mismo tiempo. Y encima, como Rajoy, esperan aplausos. Eso es verdaderamente obsceno.
Pero no todo está perdido. Hay candados, esperanza. Ante una posible “desviación” de los votantes helenos, a quienes habrá que dar un “castigo ejemplificador”, el Banco Central Europeo (BCE) declara que está preparado para actuar hoy mismo. ¿A fin de proteger a la ciudadanía? Nada de eso. Para velar por la liquidez de los bancos e “inundar los mercados” con euros.
Más todavía. Los señores del dinero, la mediocracia y el poder tienen estos días un poderoso aliado: la Eurocopa. Y es que si hoy domingo hubiese de sobrevenir la anunciada-supuesta tragedia (año 2012 al fin), al concluir la jornada, además de salvadores billetes y bonos del BCE, habrá recuento de clasificados y goles. Los más golpeados por la crisis podrían estar, en las calles, festejando.
“Los recortes del PP (Partido Popular) nos han dejado en pelotas”, aseguran cientos de mineros en una protesta ante la sede del partido gobernante en Oviedo. En la fotografía que ilustra la noticia, los trabajadores se quitan los pantalones y uno de ellos muestra el culo a la Policía. ¿Será censurada/vetada esta imagen en Facebook? Seguramente no. Sus normas de publicación no se conmueven ante los “inapropiados” efectos de la austeridad. Hay rendijas.