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El perfil migratorio de Bolivia

Históricamente, Bolivia ha sido un país con saldo migratorio internacional negativo. Son más las personas que salen del país que las que entran. No obstante que se manejan cifras mucho más elevadas del número de emigrantes bolivianos que se encuentran fueran del país, El Perfil migratorio estimó, sobre la base de fuentes y datos confiables, que actualmente poco más de 706 mil bolivianos residen fuera del país; es decir, el 6,8% respecto a la población total. Argentina continúa siendo el principal país receptor. Allí se encuentran alrededor de 345.272 bolivianos (48,9%); seguido de España con 222.497 (31,5%) y EEUU con 99.210 bolivianos (14.0%).

El perfil migratorio de Bolivia fue auspiciado por la Organización Internacional para las Migraciones (OIM). Con este esfuerzo se persigue que la totalidad de los países de la región produzcan sus perfiles migratorios y, a partir de esta información, observar patrones semejantes y diferentes para construir una ciudadanía sudamericana, debilitando fronteras y potenciando la integración económica y social.

Son factores estructurales que inciden en los bajos niveles de desarrollo humano los que explican el carácter migratorio del país. Según el sexto informe de progreso de los Objetivos de Desarrollo del Milenio en Bolivia de 2010 (Udape), los niveles de pobreza son aún altos respecto a los Objetivos de Desarrollo del Milenio: 50,6 es el porcentaje de la población en pobreza moderada en 2009, registrándose una disminución de  14,2% desde 1996 (64,8%).

Según el Índice de Desarrollo Humano de 2010, Bolivia se situó en un nivel medio, ocupando el puesto 95 de un total de 177 países, con un IDH  promedio de 0,643. A nivel regional, se encuentra por encima de Guatemala, Nicaragua y Haití; no obstante, a nivel sudamericano ocupa el último lugar después de Ecuador y Paraguay.

El acceso al empleo es determinante en la población en edad de trabajar para el logro de adecuadas condiciones de vida. En Bolivia, según datos del mencionado informe, la tasa de desempleo abierto (TDA) nacional estimada para 2007 fue de 5,2; siendo mayor en las mujeres (6,0) que en los hombres (4,5). En este cuadro estructural que remite a la precariedad de las condiciones de vida de al menos la mitad de todos los bolivianos, la migración es una opción, sino la mejor, entre las estrategias para salir de la pobreza.

En los últimos años, y a pesar del endurecimiento de las políticas migratorias en los países de destino extracontinental (naciones de la Unión Europea y Estados Unidos) no se ha provocado un importante flujo de retorno de los bolivianos. Es decir, el número de bolivianos que regresan no es considerable en proporción a la profunda crisis económica en la que algunos países como España se encuentran.

Como nunca antes, la migración internacional está en la agenda pública del país. Diferentes manifestaciones del Gobierno, así como los discursos del Presidente del Estado son una prueba de ello. No obstante, el país no tiene políticas públicas en materia de migración internacional, situación que incide en el bajo nivel de coordinación interinstitucional, la clarificación de los roles y competencias, y las dificultades para disponer de un sistema integrado de indicadores oficiales confiables.