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Humo en San Juan

Hoy se celebra la noche de San Juan, una fiesta cristiana ligada al solsticio y a la costumbre de encender hogueras. Por sus nocivos efectos en la salud de la gente y el medio ambiente, desde 2004, la Alcaldía paceña se propuso combatir la costumbre de prender fogatas. Cruzada que ha dado muy buenos resultados y que este 2012 se reproducirá en seis municipios del país.

En efecto, según estimaciones del Gobierno Municipal de La Paz, cuando se inició esta campaña, la contaminación producida por las quemas y los fuegos artificiales logró ser reducida en 12%. Siete años más tarde, en 2011, esta reducción ascendió al 78%. Más allá de las cifras, los resultados han sido evidentes. Basta recordar los años precedentes, cuando, al día siguiente, el cielo amanecía oscuro, la atmósfera contaminada y las bajas temperaturas confirman que el 24 de junio era, efectivamente, el día más frío del año; pero no precisamente por la posición de la Tierra respecto al Sol.

Sombrío panorama que se traducía (y aún se traduce, pero en menor medida) en el incremento de enfermedades respiratorias y conjuntivitis entre los sectores más vulnerables. De igual manera, la naturaleza sufría los azotes del desenfreno incendiario de San Juan, pues la población acostumbraba quemar no sólo madera sino también todo tipo de materiales; muchos de ellos tóxicos, como plásticos o llantas de goma.

Si bien estas costumbres no han sido completamente suprimidas, como constatan los datos anteriormente señalados respecto a La Paz, durante los últimos años parte de la población entendió, por fin, que las hogueras y los juegos pirotécnicos no son tan inofensivos como se piensa, sobre todo si se encienden por miles y al mismo tiempo.

De todas maneras, en el país aún son muchos los que no entienden, o más bien prefieren no entender las consecuencias de tales costumbres. De allí que aún sean necesarios controles, multas y campañas de concientización. Al respecto, cabe destacar la campaña que el municipio paceño está desarrollando con el nombre “Lo que vale, no se quema”, y que consiste en premiar la mejor organización de eventos la noche del 23 de junio en los diferentes macrodistritos, con el fin de recuperar el festejo de esta tradición pero sin contaminar.

Asimismo, huelga resaltar el respeto cada vez mayor por el medio ambiente en El Alto y en otros municipios del país; y que se reflejó ayer con la “Marcha de barbijos por un aire limpio”, protagonizada por estudiantes y entidades ambientales para concientizar a la población alteña sobre los efectos de las quemas; lo mismo cabe respecto a la intención edil de controlar en El Alto, por segundo año consecutivo, el encendido de fogatas y fuegos artificiales. Costumbres atentatorias contra la salud y el medio ambiente que esperemos en el futuro sean erradicadas en todo el territorio nacional.