Cambiemos en Latinoamérica
¿Cuál es el costo de estas distintas organizaciones de la región, donde muchas discusiones se repiten?
En un artículo anterior mencioné la gran cantidad de reuniones de los múltiples organismos de integración que tiene Latinoamérica (no consideraré los suprarregionales): Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), que agrupa a 33 países (integración regional); Organización de Estados Americanos (OEA), 35 (integración regional, todos los países de la Celac menos Cuba y más EEUU y Canadá); Sistema Económico Latinoamericano y del Caribe (Sela), 28 (integración económica, todos en Celac); Asociación Latinoamericana de Integración (Aladi), 14 (integración económica, todos en Sela); Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA), ocho (afinidad ideológica); Alianza del Pacífico, cuatro (recién surgida: integración económica —al menos por ahora—todos en el Sela y la Aladi); Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), 12 (integración subregional, todos en la Celac y en la OEA); Mercado Común del Sur (Mercosur), cuatro (integración subregional y económica, todos en la Celac, la OEA, Sela y Aladi); Comunidad Andina (CAN), cuatro (integración subregional y económica, todos en la Celac, OEA, Unasur, Sela y Aladi); Organización de Estados Centroamericanos (Odeca), cinco (integración subregional, todos en la Celac, OEA y Sela); Sistema de la Integración Centroamericana (Sica), siete (integración subregional y económica, todos en la Celac, OEA y Sela); Mercado Común Centroamericano, cinco (integración económica, todos en el Sela y Sica); Asociación de Estados del Caribe (AEC), 26 (integración subregional y económica, todos en la Celac y la OEA); Comunidad del Caribe (Caricom), 15 (integración subregional y económica, excepto Monserrat, todos en la Celac y OEA); Organización de Estados del Caribe Oriental, siete (integración subregional y económica, todos en la Caricom y, excepto Monserrat, en la Celac y la OEA). En total, 15, sin considerar Parlamentos regionales y subregionales, organismos especializados ni entidades de financiamiento (CAF, BID).
¿Supone usted cuántas reuniones se realizan y cuántos viajes de cuántos funcionarios de nuestros países son necesarios para asistir?, ¿cuántas discusiones se repiten en las distintas organizaciones?, ¿cuántas decisiones necesitan conciliarse en los distintos escenarios?, y ¿cuántas burocracias regionales coexisten? Pero la pregunta principal es: ¿cuánto cuesta mantener ese andamiaje? Porque las tareas de ese entramado de organismos regionales y subregionales —exceptuando la ALBA por ser una agrupación ideológica— se pueden resumir en dos: Integración regional (y subregional) e integración económica. Empero, 15 operan, total o parcialmente, de manera simultánea.
¿No podrían concentrarse para que no necesiten repetir estructuras? Y si hablamos de optimización de trabajo, huelga mencionar que se mejorarían resultados, se reducirían burocracias, las autoridades locales tendrían menos reuniones internacionales a las que asistir y más tiempo para trabajo local y, por si esto fuera poco, de nuestros impuestos se destinaría una alícuota menor para esas organizaciones y habría más recursos para el desarrollo —al menos, eso espero.