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Indígenas y Amazonía

Cerca del 45% de la superficie de nuestro país está cubierto por ecosistemas amazónicos. Alrededor del 26% de esta superficie está cubierta por territorios indígenas (o TIOC bajo la nueva terminología vigente) titulados o en proceso de titulación. Estas cifras muestran a Bolivia con una identidad amazónica —además de la andina— y la importancia de los territorios indígenas en este contexto. El reconocimiento de los derechos territoriales de los pueblos indígenas origina un alentador escenario de protección de la diversidad biológica y cultural de nuestra Amazonía. Más allá de conocer cuáles son las condiciones actuales de los habitantes y culturas de estos territorios, el desafío parece estar en imaginar o percibir cómo ellos conciben su futuro a mediano o largo plazo.

Como ocurre en gran parte de Sudamérica, los territorios indígenas, junto con las áreas protegidas, parecen tener un destino similar. Poco a poco se están convirtiendo en “islas de bosques”, rodeados por paisajes que resultan y reflejan la fuerte expansión de la economía tradicional exportadora de productos básicos, que en nuestro caso parecen tener una fuerte influencia de economías emergentes como la de nuestro vecino Brasil.

En este escenario, la ausencia de normas y políticas públicas que articulen el patrimonio natural y cultural de estos territorios con un objetivo claro es, claramente, una de las grandes debilidades. Esto se suma a la falta de internalización del valor de estos territorios. Sirve de poco la firma de convenios o discursos acalorados si los argumentos que se vierten o se “defienden” no se asumen en el día a día.

El conflicto del TIPNIS ha puesto en evidencia las diferencias que existen entre distintos puntos de vista sobre lo que es o entendemos como conservación y/o desarrollo. La posible carretera a través del Parque Nacional Isiboro Sécure ha logrado acuñar en el imaginario colectivo argumentos conservacionistas y, además de los territorios indígenas, resaltar y llamar la atención sobre las áreas protegidas de nuestro país. En ese sentido, cabe preguntarnos qué más hace falta para que detectemos la necesidad de elaborar e implementar una estrategia nacional de conservación in situ. No hay duda que la resolución del conflicto del TIPNIS marcará un antecedente en la percepción de la sociedad boliviana  sobre lo que son los territorios indígenas, las áreas protegidas y por qué no de la Amazonia.