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Bolivia es mestiza

El Gobierno nacional está determinando desahuciar la inclusión del término mestizo en el próximo censo que se llevará a cabo en noviembre del presente año. Lo considera racista y colonial, además, que no tendría con qué comparárselo ya que no estuvo contemplado en el censo de 2001. Pero mal que le pese al Gobierno, Bolivia es un país esencialmente mestizo. Ya en una encuesta realizada pocos años atrás por “Auditoría de la Democracia”, proyecto dirigido por el profesor Mitchell A. Seligson, en el marco del programa Lapop, se estableció que el 67% de los entrevistados se consideraba mestizo o cholo, el 11% blanco y sólo un 19% indígena u originario. Esto demuestra que Bolivia no tiene una mayoría indígena sino mestiza, fruto de la mezcla de los españoles con los indios.

Hay que tener en cuenta que todas las repúblicas latinoamericanas nacieron a la vida independiente con poblaciones indígenas que hablaban sus propias lenguas. Pero la mayoría se esforzó por unificar culturalmente a su país sobre la base de la enseñanza masiva del castellano. El resultado ha sido su conformación en verdaderas naciones, conjuntadas por el idioma, la religión cristiana y la tradición histórica.

En Bolivia se trató de hacer otro tanto, sobre todo después del conflicto del Chaco. Precisamente, la generación que retornó de esa guerra, comprendiendo que una de las causas fundamentales del fracaso de la misma fue el hecho de que una mayoría de sus habitantes no se había integrado a la vida nacional, consideró perentorio intensificar el nacionalismo y encaminar la política hacia el levantamiento del indio, con el fin de hacer de él un verdadero ciudadano.

Ahora bien, el cimiento de dicha integración era la llamada cultura mestiza, nacida del entronque de lo español con lo indígena y que tuvo como primera expresión en la llamada cultura virreinal, cuya manifestación superior fue precisamente el “Barroco Mestizo”. En consecuencia, Bolivia nace con la Real Audiencia de Charcas y con la explotación minera de Potosí. Anterior a ellas sólo existían unos pocos conglomerados  indígenas totalmente separados entre sí.

Por otra parte, hay la creencia de que los indios son gente originaria de estas tierras. La verdad es que la mayoría de ellos vino después de la conquista española. Fue la gran riqueza de Potosí la que obligó a los virreyes a impulsar emigraciones de grandes poblaciones del bajo Perú al Alto Perú; poblaciones que luego de trabajar en las minas fueron asentadas en estas tierras altas.

Es necesario que los bolivianos comencemos nuevamente a concebir al país como una verdadera nación, realzando los valores que nos unen y que determinan que Bolivia conforma una entidad cultural como lo reconocieron don Jaime Mendoza y don Roberto Prudencio.

Lamentablemente, en el país se está insistiendo en que no seríamos una unidad cultural sino pluricultural y, por tanto, no habría una nación boliviana sino muchas naciones unidas en un Estado. Si esto fuera cierto, el Gobierno nacional debería estar consciente del peligro que ello conlleva, ya que la ONU ampara a las naciones de un Estado plurinacional que se sientan sometidas o explotadas por las otras y, algo más grave, les da derecho a separarse de dicho Estado, como ha sucedido con varios países de la Europa Oriental. 

Pero como lo ha confirmado la encuesta arriba mencionada, el pueblo boliviano es en su gran mayoría cholo o camba. Y su expresión más característica es el rico folklore que hace vibrar a todos los estamentos sociales. Cabe señalar que hasta las familias más distinguidas del país tienen antepasados indígenas. En cuanto a los indios, basta que aprendan el castellano o se avecinen a una ciudad para que sean culturalmente mestizos. 

En consecuencia, el cristianismo, el castellano y nuestra cultura virreinal mestiza, con las imágenes de la Virgen en Copacabana, Cotoca y Urkupiña, y con el Cerro Rico de Potosí, la Universidad de Charcas, y las misiones de Moxos y Chiquitos, son el origen y base fundamental del ser boliviano.