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El Caballito no descansa

En los últimos años, el nombre del local nocturno El Caballito ha salido a luz pública en varias ocasiones, asociado siempre con hechos de violencia. Con el asesinato de Jorge O’Coonor, en enero de 2009, este local cobró mayor notoriedad, luego de que se supiese que sus dueños, los hermanos Luis Fernando y Ernesto Córdova Santiváñez, eran los autores intelectuales del asesinato del empresario tarijeño, quien tenía un contrato con YPFB para construir una planta de GLP por $us 86 millones. No obstante, ésta no era la primera vez que en los medios se aludía a ese boliche de remate, pues ya antes había sido clausurado por diferentes escándalos y corrupción de menores (incluso en 2007 la Alcaldía determinó su cierre definitivo). Sin embargo, seguía funcionando.

El domingo, El Caballito nuevamente salió a luz pública, vinculado, cómo no, a un nuevo hecho de sangre. Esta vez el que murió fue Roy Campusano (24), un delincuente prontuariado que recibió un proyectil por la espalda, disparado por un oficial de policía que utilizó su arma de reglamento luego de discutir en el baño del local con la víctima. Mientras se investiga este asesinato, es de esperar que se ventilen también el poder y las influencias de las que gozan los hermanos Córdova, cuyo boliche parece “intocable”.